Las peripecias de Wadzek solamente tienen algún sentido desde su punto de vista, ya que el industrial ve el mundo como una gran máquina que conspira en su contra, y todos los elementos que lo rodean se deforman a medida que nos explica su funcionamiento.
La historia de Wadzek gira en torno a la lucha contra su adversario comercial: Rommel. Cuando todos sus bienes y el trabajo de su vida se ven intimidados por el avance tecnológico que ofrece Rommel, decide que debe actuar. Entonces empieza una gran función, su actuación es esencialmente una caricatura del mundo actual, de las relaciones sociales, de los prejuicios y los malentendidos, que le llevan a situaciones estrambóticas.
En el primer acto Wadzek se ve sorprendido porque Rommel intenta quedarse con su fábrica, ante lo cual Wadzek no está dispuesto a ceder. Para librar su lucha se hace con un socio, a cuál más caricaturesco: el señor Shneemann, junto el que forman la pareja del gordo y el flaco.
Wadzek y Shneemann tejen una conspiración contra su adversario, pero sin éxito, se ven forzados a fugarse temiendo represalias de Rommel. Así empieza el segundo acto, con la fuga y posterior asedio a los dos conspiradores, un asedio que no deja de ser un delirio producido por su peculiar visión de la realidad.
Finalmente, dándose cuenta del error, vuelven a su casa donde Wadzek intentará recuperar su autoestima y recuperarse de todo el sufrimiento, que siempre ha sido imaginado por su alocada mente. Una novela con personajes exagerados y contradictorios, incomprendidos y, en definitiva, cómicos.