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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Reseña de «Los solteros», de Muriel Spark

Escrita en 1960, Los solteros es una de las primeras obras de Spark (1928-2006), y aunque le falten algunas de las características propias de su modo de hacer literatura, es genuinamente suya.

La novela está repleta de ironía, finísimo humor, con una dosis de suave tensión que se mantiene hasta la última página. El título en español hubiera sido más expresivo si se hubiera traducido como “los solterones”. Londres es una ciudad de solterones, como se dice en el primer párrafo de la novela y se vuelve a recordar al final del libro. Y se trata de hablar de un grupo de solterones, todos muy peculiares, que Muriel Spark retrata de manera exquisita: cada uno es distinto y cada uno es solitario, pero todos añoran la compañía de los demás; a algunos les gustaría casarse, pero no son capaces ni de elegir a nadie ni de decidirse. Junto con este tema, el más sólido de la obra, hay otro que es frecuente en esta autora: la religión. Muriel Spark es una conversa al catolicismo y este hecho marca su obra, aunque en esta ocasión el tratamiento de lo religioso sea un tanto frívolo y superficial: se la considera solamente como un mero conjunto de normas que hay que cumplir y respetar, sin más profundidad. En Los solteros, este tema se mezcla con las peripecias de un grupo espiritista, sobre todo de su médium, Patrick Seton. El resto de los personajes es variopinto; entre ellos destaca Ronald, epiléptico, pero que ha asumido la enfermedad y actúa como grafólogo. Ronald es un personaje simple pero noble, un tanto estoico en su forma de ser y de relacionarse con los demás. Y luego hay todo un inigualable re pertorio de personajes secundarios: un falso sacerdote espiritista, un abogado, un periodista, un maestro de lengua, un falso doctor… y también un singular grupo de mujeres. Todos ellos protagonizan unos diálogos agudos e ingeniosos. Los solteros es una novela para regodearse en ese humor incisivo y cruel, a veces negro, del que hace gala Spark, una escritora que entra a fondo en el comportamiento de sus personajes para retratarlos minuciosamente.

Por Alberto Portolés.