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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Perrin ataca de nuevo

Todo bajo el prisma del humor y todo bajo el prisma de un profundo sentido humano, muy cervantino y muy trágico, la luz y la sombra. Buen ritmo y mejor prosa.

Recordemos como en la famosa novela de Eco se asesinaba para encontrar un libro de Aristóteles dedicado a la risa. Los artistas que han elegido el camino de vertebrar, de construir sus obras teniendo al humor como eje han sido siempre sospechosos y, lo peor, se han visto marginados en lo que se ha calificado género menor; tema diferente es el aprecio del humor como ingrediente de las grandes obras, pero siempre visto como condimento, como aderezo de los llamados temas serios.

En España, para no ir muy lejos, los llamados, con poca fortuna, autores de la «otra Generación del 27» lo fueron en su mayoría de este género de literatura. Me imagino al adusto Guillén y al profesoral Salinas, creadores del montaje, Gerardo Diego pasaba por allí, ni siquiera leyendo o asistiendo al teatro para apreciar a Tono, Miura, Jardiel, Neville y otros. Un magnífico ejemplo de esta cauda es la novela de David Nobbs El regreso de Reginald Perrin, publicada por Impedimenta. Pocos escritores con vida más alejada de la literatura que el autor, nacido en el condado de Kent y estudiante de lenguas clásicas en Cambridge, con tradición familiar de profesores, siempre fue más dado a las pintas de los bares que a la escritura. Periodista mediocre, mostró, eso sí, una fuerza cómica excelente. Cuatro novelas ha dedicado a Reginald. Impedimenta publicó en 2012 Caída y auge de Reginald Perrin y la que analizo. Espero que complete la serie. El personaje se ha hecho famoso y Nobbs vive en una casa estupenda en North Yorkshire.

Existen opiniones que se aceptan como axiomas. Una de ellas es la que afirma que la lógica rige los acontecimientos. Una lógica de motivos y de argumentos, de causas y de efectos; pues, bien, el humor se opone frontalmente a este mecanismo; de hecho, crea los suyos. De la distancia entre estos extremos surge exactamente la eficacia del texto humorístico. Mientras más se separa del orden establecido, mejor es el resultado y también más transgresor. Quizás y sin quizás, este es el peligro del humor, señala al rey desnudo al que adulan todos los cortesanos.

Perrin fingió un suicidio en la primera entrega, dejó su ropa al lado del mar y con una simple peluca engañó a todos. Se casó otra vez con su mujer. Su hija era la única que conocía su identidad y para colmo de lo que la mayoría calificaría como despropósito siguió en la empresa de postres dirigiendo una fundación con su nombre, el del difunto, y con el objetivo de que los empleados fueran «felices». Creo que he llegado al núcleo del tema. El humor, lo tengo escrito, es una manera de ser y de estar en el mundo. Pone en primer plano la realidad más amarga pero lo hace con otros métodos y nos hace reír con amargura o con hilaridad sin más.

En nuestra sociedad «buenista» e hipócrita hasta extremos globalmente insospechados el ácido es imprescindible. Todas las medidas que el nuevo Martin Wellbourne, difunto Perrin, toma en Lucisol fracasan con estrépito. La felicidad no se consigue con encuestas y con entrevistas. Existe placer en ver la desgracia del prójimo, existe la maldad, la crueldad, todo aquello que la sociedad no quiere aceptar. Harto del engaño, Perrin «resucita» y todos lo desprecian. No tiene trabajo y se ve obligado a laborar en una granja de cerdos. Su mujer, Elizabeth, aburrida con una vida rutinaria, cambia y dice en público lo que no es correcto. La novela es un maravilloso ejercicio de impostura, el espejo deformante de don Ramón que nos devuelve una realidad más verdadera que la narrativa llamada realista.

¿Quién no quiere pasar un buen rato en estos tiempos? Bueno, siempre, pues le aseguro al lector que lo va a pasar mejor que bien. El resucitado Perrin tiene una gran idea, una idea genial, abrir una tienda en la que venderá objetos absolutamente inútiles. Recurriendo a la lógica, la llama Basura y tiene un éxito extraordinario, se hace rico, se convierte en un magnate del comercio. Vende, por ejemplo, aros cuadrados, vinos asquerosos, cuadros malísimos, juegos que no tienen reglas con lo que la confusión de los jugadores es total. Hay quien compra el vino para regalarlo a su peor enemigo, por ejemplo. ¿Lo anterior es posible? ¡Qué más da! Lo cierto es que el esnobismo es una enfermedad universal. El contrapunto es el universo de personajes que rodea a Perrin, sus frustraciones, sus desgracias. Esta es la clave. Todo bajo el prisma del humor y todo bajo el prisma de un profundo sentido humano, muy cervantino y muy trágico, la luz y la sombra. Buen ritmo y mejor prosa. No se la pierdan.

Escrito por Antonio Garrido.