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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

La timidez convertida en gran divertimento

Fíjense con atención en el modo rabiosamente inglés con el que Arnold Bennett (1867-1931) explica al lector, en las diez primeras líneas de «Enterrado en vida», que la acción arranca en una noche de verano. Si las disfrutan, tienen garantizado que el resto de la novela no les decepcionará.

Bennett, aclamado en su día y hoy oscurecida su memoria, compuso esta increíble sátira plena de humor en 1908, mientras trabajaba en Cuento de viejas, su obra maestra. Giros inesperados, enredo y confusión, tramas impecables y diálogos de primera se unen en esta su novela de humor favorita para vertebrar una historia sobre la identidad, el arte, el papanatismo del público y el amor. Todo empieza cuando un pintor célebre por sus representaciones de policías y pingüinos -rico, cincuentón y tímido incurable- tiene la oportunidad de hacerse pasar por su criado recién fallecido. Pero eso, y la aparición de una mujer con derecho de pernada, es solo el principio de un gran divertimento sobre el que Borges vertió encendidas alabanzas.

Por Eugenio Fuentes.