Son las primeras líneas de «El diario», uno de los cuentos reunidos en esta colección, y también la enunciación de uno de los grandes temas de Stanislaw Lem. Los límites del conocimiento. La posibilidad de aumentar esos límites hasta lo inconcebible, de expandirse como una estrella infinita.
La posibilidad de una inteligencia ilimitada es un tema que obsesiona de tal modo a Lem que resulta imposible no relacionarlo con su personalidad, con su visión de sí mismo como gran genio del pensamiento, de las letras, de la ciencia, de la política, del armamento, etc.
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