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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

La aventura de Tristram Shandy en novela gráfica

Javier Marías atribuyó a “la inconsciencia de las edades tempranas” la osadía de traducir al español La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne.

En el caso del dibujante británico Martin Rowson el pretexto de la edad quedaba descartado: tenía 35 años y, además, una pesadillesca adaptación gráfica previa, La tierra baldía de T.S. Eliot, que le había hecho prometerse que nunca jamás repetiría la experiencia.

Sin embargo, transcurridos unos años, un editor le sugirió a Rowson que valorase la idea de adaptar la novela de Sterne. Él respondió que estaba loco, pero cumplió. “Dejé que la idea reposase y me di cuenta de que me parecía factible y muy interesante. A pesar de que Tristram Shandy es una de las narrativas menos lineales jamás escritas, la naturaleza del libro permitiría que Tristram viajase físicamente a través de la viñetas. Y, cómo no, iba a ser divertido trastear con la estructura del cómic, del mismo modo que Sterne lo había hecho con la de la novela. En otras palabras, iba a producir un cómic sobre la imposibilidad de producir una adaptación gráfica de una novela sobre la imposibilidad de escribir la novela”, explica Rowson a propósito de Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero, obra que la editorial Impedimenta recupera casi dos décadas después de su publicación en inglés. De repente, el proyecto no parecía tan descabellado y, además, Rowson sabía por dónde empezar. “Me vino a la cabeza la imagen inicial del relato, Tristram estaría en una ruinosa cárcel piranesiana que resultaría ser el interior de los testículos de su padre, Walter Shandy. Una vez que tienes algo visualmente interesante, y obsceno, todo va rodado”.

Después de todo, como el propio Rowson relató en la revista The Shandean, adaptar esa “fascinante e impenetrable anti-novela del siglo XVII” comportaba ciertas ventajas con respecto a La tierra baldía de Eliot: Sterne llevaba más de 200 años muerto, también su viuda –la del autor de Cuatro cuartetos, no–, el inglés le parecía un colaborador agradable y digno de admiración y, por último, sus agentes habían negociado un suculento adelanto –en el caso de La tierra baldía no hubo dinero ni para promoción–. Por primera vez en más de una década, el dibujante se acercaba al ejemplar que acumulaba polvo en una de sus estanterías desde su época de estudiante en la Universidad de Cambridge: allí había ido a parar después de que un inflexible tutor rechazase todas sus disparatadas hipótesis en torno a la novela y asfixiase su interés por Sterne. En las sucesivas relecturas, necesarias para condensar visualmente las más de 700 páginas de La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy en 176, Rowson descubrió, recuerda hoy, que el libro era mucho más obsceno de lo que le había parecido en su época estudiantil. “E hice todo lo posible por reflejarlo en mi obra”.

Rowson no cree en las adaptaciones “clásicas”. “La tierra baldía de Eliot se convirtió en un filme negro chandleresco, mi Tristram Shandy enredaba con el texto original, pero de una forma shandyana porque mi perro Pete y yo somos personajes que entran y salen del metatexto, y actualicé Los viajes de Gulliver. Hace un par de años abandoné la adaptación gráfica de la biografía de Karl Marx del periodista británico Francis Wheen porque no encontré una razón que justificase la publicación de su versión gráfica, el original era más o menos perfecto”.

De hecho, le cuesta entender el torrente de adaptaciones gráficas que llegan a las librerías. “Tengo sentimientos ambiguos. Hace un par de años le presenté varias ideas a [la editorial] SelfMadeHero. Entre ellas, una adaptación de Frankenstein dibujada al estilo de William Blake y El retrato de Dorian Gray al estilo de Aubrey Beardsley. Su respuesta fue que ya había muchas versiones gráficas de ambos libros pero cuando las hojeé me parecieron muy poco imaginativas. Siento un gran respeto por SelfMadeHero, a quienes quiero y admiro enormemente, pero tras su respuesta yo añadí que lo último que necesitaba el mundo era un cómic de Orgullo y prejuicio: lo publicaron dos semanas más tarde. Dicho esto, reconozco que me estoy poniendo un tanto puritano y pretencioso pero, oye, ¿por qué no?”.

Vida y opiniones de Tristram Shandy, caballero llegará a las librerías el próximo lunes. “Solo puedo decir que fue una delicia convivir con Sterne, cuyo fantasma me acompañó durante tres años y medio. El libro me supuso trabajar muchísimo (estaba fuera de plazo, así que tuve que producir las últimas 60 páginas en tres meses, pasé noches enteras trabajando), pero cuando echo la vista atrás, recuerdo su creación con enorme placer y el libro me sigue inspirando un gran afecto. Cuando el difunto Kenneth Monkman, fundador y presidente del Laurence Sterne Trust y propietario de Shandy Hall, la casa de Sterne en Yorkshire, me dijo que el escritor hubiera dado su aprobación a mi versión casi estallo de orgullo”.

Por Virginia Collera