Hubo un tiempo en que todo eran cómics. Ahora, una parte de ellos se llaman novela gráfica e interpelan a un lector habitual de literatura, que se ha atrevido a romper con ese cliché que asociaba al género con la narrativa superficial. «No, yo no leo cómics, leo novela gráfica», era una frase adecuada para que los esnobs rompieran sus prejuicios. Y así ha sido. Hace ya un tiempo que editoriales literarias abrieron su línea al respecto: el grupo Penguin Random House tiene Reservoir Books, y pequeños independientes como Impedimenta, Nórdica, Gallo Nero o Sexto Piso van publicando cómic de autor. Cada vez más, las historietas ocupan un espacio creciente en librerías como La Central o Laie. Y, a finales de este mes, Salamandra –la editorial de autores como J.K. Rowling, Andrea Camilleri o Jonas Jonasson– inaugura Salamandra Graphic, que publicará unos 14 títulos anuales y será dirigida por la hasta ahora editora de la madrileña Sins Entido, la colombiana Catalina Mejía.

[…] Impedimenta, por su parte, sigue pasando al cómic grandes obras de la literatura. En esta ocasión, acaba de aparecer Vida y opiniones de Tristam Shandy, caballero, adaptación que ha hecho el británico Martin Rowson de la obra maestra de Laurence Sterne. Rowson es a ratos fiel al original pero se permite libertades como, por ejemplo, un cameo de Martin Amis porque, en el fondo, dice, «se trata de un cómic sobre la imposibilidad de realizar una adaptación gráfica de una novela que trata a su vez de la imposibilidad de escribir la novela». Otras novedades venideras de Impedimenta son El fantasma de la ópera (mayo), obra de Christophe Gaultier sobre el clásico de Gaston Leroux, y –en junio– Huck Finn de Olivia Vieweg, sobre la obra de Mark Twain.

Para leer el artículo completo de Xavi Ayén, pinche aquí.