Pese a reconocer que en la actualidad este género vive un «momento dulce», Enrique Redel (Córdoba, 1971), director de Impedimenta, ha dicho a Efe que el hecho de aumentar su producción de títulos de novela gráfica no se trata de una decisión tomada porque ahora «funcione», sino que tiene que ver con su prioridad de contratar «buenas» obras. Aunque la colección El Chico Amarillo ya goza desde hace dos años de un gran número de lectores, ahora Redel quiere «transformar el concepto de Impedimenta».
«Quiero que sea una editorial que publica literatura, pero también, y de manera clara, que publique novela gráfica, no de una manera episódica ni oportunista. Mi idea venía de mucho antes. Lo primero que hice en mi vida fue dibujar cómic», ha concretado. Y es que, este cordobés, que creó Impedimenta en 2007, ha confesado que, si a sus 19 años España hubiera vivido el actual momento del que disfruta la viñeta, no hubiera acabado «haciendo Derecho», sino formándose como ilustrador. «Mi formación sentimental está hecha a base de cómics, tebeos. Dibujaba, era dibujante, aunque no muy bueno».
Para el editor, «ahora» es el momento en el que «puede» publicar «cinco o seis» títulos anuales bajo un criterio «puramente personal». «Como lector, literalmente, los títulos que publicamos y publicaremos son puros flechazos. Muchas veces no piensas en si te puede funcionar o no, pero te encanta. El Chico Amarillo es la colección más visceral por nuestra parte», ha afirmado.
Así, tras sacar desde 2012 a la venta los primeros títulos de la colección, Virginia Woolf, Thoreau, la vida sublime, y Piscina Molitor, la vida swing de Boris Vian, este mes desembarca Tristram Shandy, de Martin Rowson, y le seguirán El fantasma de la ópera, Huck Finn, El viaje de Shackleton y Enciclopedia de la Tierra Temprana.
Todos ellos títulos extranjeros a los que Redel tiene devoción, aunque tampoco se resiste a abandonar su intención de contar con firmas españolas, otro de los objetivos marcados en esta nueva etapa. «La industria franco-belga es tan potente que permite que proyectos de novela gráfica, que en su industria son como secundarios y especializados, de cierto culto, funcionen porque la maquinaria es muy grande. Pero estoy convencido de que en breve surgirán talentos en España como para alimentar la industria nacional», ha agregado este editor apasionado por la viñeta.