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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Publican correspondencia que revela el amor de Angelina Beloff por Diego Rivera

El libro que acaba de publicar el sello Impedimenta reúne doce cartas que Quiela le habría enviado a Diego, después de más de diez años de convivencia y de haber tenido un hijo en común que murió siendo muy pequeño, un disparador de la separación entre ambos.

En la nouvelle Querido Diego, te abraza Quiela, la mexicana Elena Poniatowska pone en foco a Angelina Beloff, la primera mujer de Diego Rivera, a través de una correspondencia apócrifa que la pintora rusa envía al célebre muralista tras la partida de éste de París a México en 1921, un alejamiento que marcó el fin de la relación amorosa.

Aunque las cartas nacen de la imaginación se tornan verídicas en el tono que logra imprimirles Poniatowska, para recrear la voz de esa amante que no puede vivir sin Diego y que -al contrario de muchas mujeres que por esa época comienzan a encontrar su propia voz-, sigue dependiendo del recuerdo de su amado.

El tema de la emancipación femenina que cobra fuerza durante la posguerra no hace mella en esa mujer nacida en San Petersburgo, Rusia, el 23 de junio de 1879, en una familia de intelectuales y que ingresó en la Academia Imperial de las Artes para continuar sus estudios en Francia.

La pintora rusa se topa con Diego en un viaje con la española María Blanchard hacia Bruselas y entre los dos surge un amor que termina en casamiento, durante su estadía en París en 1909. Ella recién da a luz a su hijo en 1917, que fallece por problemas pulmonares con apenas 14 meses de vida.

«Siempre quise tener otro, tú fuiste el que me lo negaste. Sé que ahora mi vida sería difícil pero tendría un sentido», dice una carta fechada el 15 de noviembre de 1921. A Quiela le duele la muerte de su hijo, pero más la ausencia de Diego.

Esta muerte fue un punto de inflexión y dos años más tarde Rivera se marcha a México y desaparece de su vida, Quiela sólo recibe el dinero para su supervivencia que le envía el artista a través de amigos.

«Elie Faure me dijo el otro día que desde que te habías ido, se había secado un manantial de leyendas de un mundo sobrenatural y que los europeos teníamos necesidad de esta nueva mitología porque la poesía, la fantasía, la inteligencia sensitiva y el dinamismo de espíritu habían muerto en Europa», escribe Poniatowka lo que siente Quiela.

«Todas esas fábulas que elaborabas en torno al sol y a los primeros moradores del mundo, tus mitologías, nos hacen falta (…) ya no sabemos mirar la vida con esa gula, con esa rebeldía fogosa, con esa cólera tropical; somos más indirectos, más inhibidos, más disimulados», prosigue.

El vacío que deja Diego la envuelve a ella también, que abandona su interés por la pintura y parece incapaz de hacer algo por sí misma, retratada por la escritora mexicana en una absoluta soledad, sin hacerse eco de una liberación femenina esbozada ya por esos días.

En una de las últimas cartas, Poniatowska-Quiela escribe: «Sigo siendo tu pájaro azul, sigo siendo simplemente azul como solías llamarme, ladeo la cabeza, mi cabeza herida definitivamente, y la pongo sobre tu hombro y te beso en el cuello, Diego, Diego, Diego a quien tanto amo».

Para escribir este libro, Poniatowska obtuvo información de Bertram Wolfe, autor de La fabulosa vida de Diego Rivera, pero además la propia Quiela dejó un diario de su vida con el muralista mexicano, en el que aparecen también sus contactos con otros pintores que habían recalado en París.

Amiga de David Alfaro Siqueiros, Adolfo Best Maugard y Angel Zárraga, entre otros, Angelina Bellof viajó finalmente a México en 1932 -invitada por Alfonso Reyes y Germán Cueto- donde vivió 37 años hasta su muerte el 30 de diciembre de 1969.

Nacida en París en 1939, hija de un príncipe polaco, Elena Poniatowska llegó a México junto a su madre en 1942 durante la segunda guerra mundial.

El reconocimiento internacional devino de sus libros Hasta no verte, Jesús mío (1969), que le valió el Premo Mazatlán de Literatura; La noche de Tlatelolco (1971), un ejercicio periodístico acerca de la matanza de estudiantes ocurrida en octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas; y Querido Diego, te abraza Quiela (1978) es su libro más traducido.

La Premio Cervantes 2013 es autora de más de 40 obras, entre las constantes de su narrativa se encuentra la presencia de la mujer y su visión del mundo.