cabecera 1080x140

Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Las mujeres», de T. C. Boyle

La relación del famoso arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright (1867 – 1959), con sus cuatro mujeres es el tema de la novela Las mujeres de Thomas Coraghessan Boyle (Peekskill, Nueva York, 1948), escritor que suele inspirarse en personajes de la historia de Estados Unidos.

En Música acuática, contó las aventuras de Mungo Park, explorador del río Níger; el inventor de los corn flakes Johan Harvey Kellogg fue el protagonista de El balneario de Battle Creek; Cyrus McCormick, inventor de la máquina segadora, fue el héroe de Riven Rock y en The Inner Circle narró la vida del sexólogo Alfred Kinsey.
Con estilo elegante y narrando las historias en orden inverso al cronológico T.C. Boyle consigue hacernos entrar en la tormentosa relación del arquitecto con sus cuatro mujeres, siempre marcada por la entrada de un nuevo amante y una dolorosa ruptura. Catherine Tobin, Maude Miriam y Olgivinna Lazovich Milanoff fueran las tres esposas de Frank Lloyd Wright a las que se unió su amante Mamah Borthwick Cheney. Como cuenta de forma espléndida la novela, los amores de Wright se vieron enturbiados además por la intromisión de la prensa, que ya en los lejanos inicios del siglo pasado tenía como uno de sus temas favoritos los escándalos sexuales de los famosos.
La historia está narrada por un supuesto aprendiz japonés del arquitecto que llena de notas la novela y nos cuenta su historia personal en tres prólogos en los que también habla de sus propias relaciones con las mujeres. La extraordinaria prosa de Boyle y la sensación de estar leyendo una historia real (aunque el autor nos advierte que todos los diálogos son de ficción) llevan a que Mujeres sea una novela de grata e interesante lectura.
Hay también una especie de lección moral sobre el destino de dos de las amantes del diseñador de la “Casa de la cascada” y del Museo Guggenheim de Nueva York, y es que cada una de ellas sufre en su propia piel los tormentos que hizo padecer a su predecesora.
Otro aspecto interesante de la novela es la obsesión de Wright por sus creaciones, en especial en este caso, su faraónica finca de Taliesin, en pleno campo de Winconsin, además de su preocupación por buscar financiación de sus proyectos al estar siempre acosado por las deudas debidas a su elevado tren de vida.

Por Lluís Vergés Farreró