Ejemplifican cómo la cultura en su acepción más clásica permite al hombre ser uno mismo, no el esclavo cultural del hábito, de una determinada galaxia ideológica, de un periódico y sus suplementos, o de los gustos artísticos y demandas sociales de una generación. El libro muestra cómo su autor se hizo un intelectual que poseía una mente independiente y después un escritor famoso. Comienza relatando sus orígenes humildes, con un padre «que parecía tener la inteligencia de un niño de diez años en el cuerpo de un animal» (pág. 13), que creció en la parte pobre, casi miserable, de la sociedad.
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