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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Kokoro

Se cumplen 100 años de la publicación por primera vez de Kokoro, el clásico japonés de Soseki, motivo por el que la editorial Impedimenta lo ha reeditado con mimo y una nueva traducción.

Publicada inicialmente por entregas en el Asahi Shimbun, uno de los principales periódicos del país, la obra sólo tomó forma de novela al final de la segunda parte. La tercera, una larga carta de uno de los protagonistas, fue “improvisada” por el autor mientras esperaba a un sustituto que le permitiese tomarse un tiempo de descanso como responsable de la sección literaria del Asahi.

Habrá que dar las gracias al azar entonces por hacer que podamos disfrutar de la novela de este “auténtico tesoro nacional”, como le llamó Murakami.

La historia de un joven y su maestro, Sensei, nos atrapa bien pronto con su prosa sencilla, cuando intuimos que la personalidad de este último encierra algunos secretos que queremos descubrir. Pero no sólo eso. Como bien nos comentaba un amigo de La Buena Vida hace sólo unos días, lo interesante del encuentro de un personaje con otro de relevancia, bien por su historia o simplemente por su personalidad, es ver cómo este encuentro le cambia, cómo marca un antes y un después en él. En la obra de Soseki esta influencia tiene doble sentido, lo que ayuda a que nos mantengamos expectantes mientras los personajes avanzan.

Todo el que haya tenido la suerte de cruzarse en la vida con una figura como la de Sensei, identificará pronto la dependencia que siente el joven de unas conversaciones que se convierten en imprescindibles porque, inevitablemente, a veces sin darse cuenta, le hacen contemplar el mundo de otra forma, detenerse a repensar lo que daba por evidente.

Al final llega el momento de la confesión. Se intercambian los papeles y es el maestro el que busca ahora al joven. Se desvela la culpa.

“Corazón, mente, alma, espíritu, pensamiento…”, eso es Kokoro. Uno agradece esta lectura reposada, cierra el libro y piensa en sus “Sensei”. Y corre a su encuentro.