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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Lo dijo Harriet y lo escribió Bainbridge

Beryl Bainbrigde terminó de escribir la novela Lo que dijo Harriet a finales de la década de los 60. Sin embargo, no se publicó hasta el año 1972 porque el argumento resultaba demasiado incómodo para la sociedad de la época.

Y es probable que para algunos sectores de la nuestra continúe siéndolo. Las protagonistas son dos crías de trece años, amigas inseparables que pasan las vacaciones estivales en una localidad playera. Harriet, la más bella de las dos, influye de una forma extraordinaria en la otra chica, la narradora, cuyo nombre desconocemos. La relación, no tardamos en saberlo, es enfermiza y peligrosa.

No será la primera vez que se ven involucradas en episodios turbios, pero durante el verano en el que transcurre la acción, la narradora entabla algunas conversaciones con el señor Biggs, un hombre mayor, infelizmente casado, a quien a veces se nos muestra como alguien repulsivo y otras, como un tipo elegante. Le apodan el Zar. A partir de esos primeros encuentros, Harriet diseñará distintas ocasiones que favorezcan que su joven amiga seduzca a Biggs, un personaje, como decía, difícil de definir.

Las dos protagonistas de esta novela recuerdan a unas “lolitas” mucho más perversas que el personaje de Nabokov, parientes lejanas de los críos de Otra vuelta de tuerca de Henry James. En cualquier caso, tanto Harriet como la narradora tienen una profundidad increíble, resultan inquietantes; en pocas ocasiones, frágiles, a menudo desalmadas e inmorales. La propia narradora se sorprende a veces de la extraña sabiduría que poseen, impropia desde luego de sus edades. “Ángel sucio”, la llaman en una ocasión. Y puede ser algo ajustado. La inocencia y la maldad son expuestas con maestría por la autora, diseccionadas en sus pliegues menos uniformes, en esos territorios fronterizos que hacen que los personajes se alejen de la caricatura y el planteamiento argumental de cualquier tipo de reduccionismo en torno al bien o al mal.

Lo que dijo Harriet está basada en un crimen real que conmocionó a la sociedad británica. Este dato se señala en la portada del libro, así que no creáis que estoy destripando nada. Es el mismo crimen, por cierto, que inspiró la película Criaturas celestiales. En fin, un artefacto literario que produce una, al menos moderada, conmoción y que atrapa tanto por lo bien narrado que está cómo por la necesidad qué genera esta historia de saber cuáles, de qué magnitud, serán las consecuencias de lo que empieza siendo el juego degenerado de dos niñas. El resultado de todo ello es un zarpazo para las almas lectoras que tarda en cicatrizar.

Por Txani Rodríguez