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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Para leer al anochecer. Historias de fantasmas

Normalmente leer clásicos es una experiencia distinta a leer literatura actual. Todo evoluciona, eso incluye la literatura. Si lees algo muy actual, de hecho ambientado en la era de la tecnología, los personajes hablan de una forma a la que estamos acostumbrados y por regla general los autores también adaptan sus estilos a su tiempo.

Cuando lees algo de otro siglo percibes claramente que te vas atrás en el tiempo y que ahí está parte de su particularidad. Esto no significa -ni mucho menos -que sea más engalanado, que se abuse de florituras ni nada por el estilo. Este tipo de detalles lo puede hacer cualquiera, es otra cosa, es más una sensación.

Este es uno de esos libros que Impedimenta sacó en el 2009 pero que inteligentemente mantiene en su catálogo, y que yo descubrí no en su momento si no en un especial de misterio y fantasmas. La editorial, con acierto, sigue reeditándolo, así que os será fácil encontrarlo si estáis interesados. Por dejar caer un dato, en el 2015 va por la 8ª edición.

Por si os preguntáis por la fecha que pone al lado del título original, al ser un compendio de historias cortas de Dickens,extraídas de aquí y de allá -diversas obras suyas- no lleva una fecha de edición original, sino la fecha en que se publica en Impedimenta. Lo cierto es que en su mayoría son breves historias que el autor narraba en diferentes fechas y medios, y la editorial ha tenido la deferencia de contarnos dónde aparecía originalmente.

Este mismo hecho -el que se extraigan de otros sitios- hace que no se eche en falta el resto del texto si lo que buscas es, precisamente, historias de fantasmas. Otra cosa es que esperes saber todo lo demás que rodea a la historia de los personajes, pero confieso que no era mi caso. Yo quería leer exactamente esto: historias de misterio y fantasmas.

Como en todo recopilatorio hay historias más fantásticas y otras que pueden dejarte perplejo, bien porque sean realmente raras, bien porque prometen más de lo que ofrecen al final, pero estas son las menos. En su mayor parte las historias son geniales, y perfectamente ambientadas, aunque sí es cierto que en algún momento tuve la impresión de que el narrador parecía siempre el mismo, porque -esto me extrañó bastante- no veía diferencia entre un narrador y otro. Quizás esto ocurra porque eran historias contadas en primera persona, donde no quedan tan claras las diferencias de personalidades como cuando alguien te cuenta la historia de un personaje. Obviando esto, el conjunto de la obra es espectacular, y ningún amante del misterio con sabores góticos y victorianos debería dejarlo pasar.

Para mí, las mejores son «El guardavías» (un clásico cuyo título suelen llevar otros recopilatorios de los relatos de fantasmas de Dickens; de hecho yo tengo otro ejemplar por ahí con el mismo título pero en otra edición antigua con otra editorial) donde el encargado de la buena marcha de los trenes sufre constantemente la visión de un hombre que parece lanzarle advertencias; «El juicio por asesinato», donde en las reuniones del jurado de un juicio se aparece el muerto continuamente; «El fantasma de la habitación de la desposada», donde conocemos a un villano -la historia de la humanidad está llena de tipos como éste- que pretende quedarse con la fortuna de una joven y tendrá que vérselas con un final inesperado-; «La visita del señor testador», donde un tipo rellena su casa de muebles ajenos y acaba siendo visitado por el dueño de los muebles; «El Capitán asesino y el pacto con de diablo», una historia de canibalismo y venganza con el sabor de los cuentos de miedo de antaño; y «La historia del retratista» que tiene, en realidad, dos versiones, porque hay una al principio que cuenta la historia como se contaba, y una segunda -hacia el final del libro- donde el protagonista (el retratista) da su versión. Esto me ha gustado especialmente, dicho sea de paso.

Para ser honestos, habría nombrado prácticamente todos los relatos porque en realidad el conjunto es muy atrayente. Cada historia es un mundo. Me ha hecho gracia, por cierto, la inclusión de una feminista en uno de los relatos. Sólo hay un par de casos que me han dejado perpleja, uno porque el empezar promete lo que el final no concede (como «La casa encantada»), y otro que es excesivamente raro incluso para una mente como la mía («Pálpitos confirmados») pero la balanza es muy positiva, tanto que lo recomiendo.

Por Anika Lillo