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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Bassett», de Stella Gibbons

Si esta autora nos enamoró con La hija de Robert Poste, en Bassett consigue arrancarnos más de una sonrisa con esta comedia en la que no falta el amor, los situaciones estrambóticas y los personajes peculiares a los que irremediablemente acabas cogiendo cariño.

La casa de huéspedes de La Torre se encuentra ubicada en un frondoso bosque de hayas en pleno Buckinghamshire. La regentan dos extraordinarias mujeres de muy marcada personalidad: la balsámica y lloriqueante señorita Padsoe, que vive atribulada por los desprecios del servicio, y la más joven y práctica señorita Baker, londinense hasta la médula y aficionada a las tostadas y al té bien cargado. Sin embargo, su amistad es mera apariencia pues ambas se odian con todas sus fuerzas. En la vecindad se alza la fastuosa mansión de los Shelling, en la que viven George y su hermana Bell, y en la que se organizan alocadas fiestas dedicadas a los Cerebritos, a los Automovilistas y al Amor Libre. En la casa de los Shelling trabaja como dama de compañía la bella señorita Catton. Entre George y ella surgirá el amor. Stella Gibbons vuelve a regalarnos, apenas un año después de haber publicado La hija de Robert Poste, una comedia romántica de humor desatado, llena de equívocos, escenas memorables, con personajes irrepetibles y situaciones que harían las delicias del mismísimo Wodehouse.

Que Stella Gibbons es una de mis escritoras favoritas, no es ningún secreto para los que me conocen, ya que todos sus libros publicados en castellano y alguno que otro en inglés forman parte de mi biblioteca y además ocupan un lugar de honor.

Si esta autora nos enamoró con La hija de Robert Poste, en Bassett consigue arrancarnos más de una sonrisa con esta comedia en la que no falta el amor, los situaciones estrambóticas y los personajes peculiares a los que irremediablemente acabas cogiendo cariño.

Bassett es el lugar donde se desarrolla esta historia. En él está situado La Torre, caserón venido a menos que su propietaria, la pobre señorita Padsoe, ha decidio convertir en casa de huéspedes. El único problema es que ella no tiene una sola libra para llevar a cabo dicho proyecto y además, es algo débil de carácter. Por ello, al rescate llega la pragmática y algo vulgar señorita Baker. Originaria de Londres, en un principio se siente de todo menos atraída por la idea de vivir en medio de la campiña inglesa y tener por compañera y socia a la señorita Padsoe, pero una serie de eventos más o menos desafortunados la harán cambiar de opinión.

A estos dos personajes se unen un elenco de lo más pintoresco entre los que cabe destacar a los dos hermanos Shelling: George y Bell, que aunque no son gemelos se comportan como si lo fuesen, vista la complicidad que existe entre ellos.

Ambos son tan guapos como excéntricos, con un magnetismo y carisma que aprovechan para su propio beneficio. Todo aquel que cae en sus redes es manejado a su antojo.

Las situaciones cómicas, los enredos y algún que otro momento dramático se suceden a lo largo de toda la novela.

En torno a estos dos mundos paralelos, la autora nos sumerge en una historia de amor, amistad, rechazo, aceptación y transformación, todo ello en la Inglaterra rural, con sus bosques, sus cottages, mosquitos ¡e incluso tejones!

Gibbons vuelve a deleitarnos con una historia llena de encanto e inteligencia. Si debo decir algo menos positivo es que la parte dedicada de los hermanísimos Shelling ha captado menos mi atención. ¡Ojalá se hubiese dado más protagonismo a las dueñas de La Torre! Se lo merecían absolutamente.

Pese a este pequeñísimo pero, el libro es, como todo lo de esta magnífica autora, estupendo. Gracias a Impedimenta por devolvernos a Gibbons y crucemos los dedos para que nos traigan pronto más de sus novelas.

Por El cofre de los libros.