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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Pedro Melenas», un cuento para niños traviesos

Struwwelpeter, traducido al español como Pedro Melenas,, es un clásico de la literatura infantil alemana escrito, en 1845, por el médico Heinrich Hoffmann (1809-94), al que no le convencian los cuentos que había es su época y decidió comprar un cuaderno en blanco y escribir e ilustrar un libro para educar a sus hijos (como regalo de navidad).

Antes de las versiones dulcificadas de Disney, los cuentos clásicos eran bastante crueles. Por ejemplo, la Sirenita se convertía en espuma por el rechazo del príncipe, el lobo se zampaba a la abuelita de Caperucita sin contemplaciones o las hermanastras de la Cenicienta se cortaban los dedos de los pies para ver si entraban en el dichoso zapato. Eso se debía a que muchos se escribían para asustar a los niños y que se alejaran de ciertas situaciones o personas que pudieran acarrearles peligros (como lo de hablar con extraños).

Ahora nos llega uno de los cuentos alemanes más populares de todos los tiempos, que sigue esa línea. Nos referimos a Struwwelpeter, traducido al español como Pedro Melenas, un clásico de la literatura infantil alemana escrito, en 1845, por el médico Heinrich Hoffmann (1809-94), al que no le convencian los cuentos que había es su época y decidió comprar un cuaderno en blanco y escribir e ilustrar un libro para educar a sus hijos (como regalo de navidad).

Un libro que reúne varias historias, escritas en verso y con un sentido del humor bastante negro, que están protagonizadas por niños con malas costumbres, que les acarrean consecuencias tan previsibles como crueles. Por ejemplo, «si juegas con fuego te quemas» (¡literalmente!).

«El niño aprende viendo -aseguraba Hoffman-, le entra todo por los ojos, comprende lo que ve. No hay que hacerle advertencias morales. Cuando le dicen: Lávate; Cuidado con el fuego; Deja eso; ¡Obedece!, para el niño son conceptos sin sentido. Pero el dibujo de un desarrapado, sucio, de un vestido en llamas, la imagen de la desgracia le instruye más que todo lo que se pueda decir con las mejores intenciones. Por eso es cierto el refrán que dice: El gato escaldado huye».

Impedimenta publica el libro en una edición especial, coincidiendo con su 170 aniversario: Pedro Melenas y compañía que os comentamos un poco más abajo.

Los niños se quedaron encantados con el cuento y también los conocidos de Hoffman. Un amigo suyo, el editor Zacharias Löwenthal, le convenció para publicarlo con el título Historias muy divertidas y estampas aún más graciosas para niños de 3 a 6 años. Fue un éxito inmediato, y a partir de la tercera edición cambiaría el título por el definitivo de Struwwelpeter (Pedro Melenas) por uno de los relatos, protagonizado por un chico (con gran parecido físico al personaje de Tim Burton, Eduardo Manostijeras) que no cuidaba su higiene personal, lo que no le hacía ser precisamente popular:

Aquí está, nenes y nenas,
vean bien a Pedro Melenas!
Por no cortarse las uñas
le crecieron diez pezuñas,
y hace más de un año entero
que no ha visto al peluquero.
¡Qué horroroso! -¡Uy, qué miedo!
¡Encontrármelo, no quiero!

Destacar las estupendas ilustraciones, con el estilo de la época, que sorprenden por su sentido del humor y sus colores, que contrastan con la crueldad de algunas historias.

Tras el éxito de este primer libro, Hoffmann escribió otros libros infantiles, como El Rey Cascanueces y el pobre Reynaldo; sin embargo, ninguno de ellos alcanzó la popularidad del Struwwelpeter.

Como asegura Gustavo Puerta Leisse (Escuela Peripatética de Literatura Infantil) en el prólogo de esta edición, el libro puede resultarnos desconcertante a los lectores actuales, sobre todo para que se lo lean niños de seis años a los que en un principio iba dirigido y a los que actualmente podría provocar más de un trauma. Por eso el libro ha provocado tanta fascinación como rechazo a lo largo de los años.

Esta edición coincide con el 170 aniversario de su publicación (1845), por lo que Impedimenta nos sorprende con un volumen especial que contiene el cuento original y una serie de reinterpretaciones actuales a cargo de diez de los mejores y más reputados ilustradores del panorama actual.

Son Eleonora Arroyo, Emilio Urberuaga, Nicolai Troshinsky, Amaia Arrazola, Marco Chamorro, Fernando Vilela, Ana Belén Franco, la actual Premio Nacional de Ilustración Elena Odriozola, Iban Barrenetxea y Aitana Carrasco, que proponen sus propias historias protagonizadas por niños tan crueles y desobedientes como los de Hoffman y que reciben castigos no menos ejemplares. En esta ocasión los autores usan un sentido del humor aún más negro.

Un cuento sorprendente que quiza no sea adecuado para los niños pero que a los adultos nos deja felizmente asombrados. Y que, como muchas grandes obras, invita a la reflexión sobre lo que es o no políticamente correcto.

Por Jesús Jiménez.