Son ya muchos relatos escritos —y publicados en libros como ‘Como una historia de terror’, ‘Bajo el influjo del cometa’ y ‘Física familiar’, además de en algunas antologías— y el oficio de Jon Bilbao como cuentista sigue teniendo el mismo efecto de siempre: el bueno, el que invita a seguir leyendo para despejar todas las dudas. Y eso que la historia es a menudo en apariencia mínima, y a menudo realmente mínima aunque también las hay desgarradoras, pero esto, que con otros narradores no llega a ningún sitio o necesitan vestirlo mucho o darle muchas vueltas y hacer cosas rocambolescas para darle forma a algo, no es un problema para el autor asturiano. Él es capaz de hacer, con aparentemente muy poco, que la tensión sobrevuele la narración sin que se pueda interrumpir la lectura hasta el final; es lo que tiene ver lo que ocurre desde el punto de vista de quien lo vive, del personaje que cuenta ‘eso’ tal y como lo siente, haciendo partícipes a los lectores.
Aquí, en «Estrómboli», hay hombres acosados por motoristas en Reno, otros acuciados por la crisis que van a un programa de la tele, buscadores de oro que pierden todo por el camino, ingenieros novatos en su primer contacto con la vida real, familias que apuestan todo a una boda y se cruzan con personajes rarísimos, amigos que siempre han querido ser algo más pero… Y todo apunta a otra cosa, incluido el relato con tintes góticos que es también marca de la casa. Al final no hay fuegos artificiales, ni grandes tracas ni sorpresones y demás, que son recursos que funcionan en otro tipo de escritura, sino decisiones bastante más normales y por lo tanto incluso, más sorprendentes. Es todo lo que se oculta en la vida cotidiana de parejas y familias lo que narra Bilbao.
Elena Sierra