El feliz lector que se acerque a Matemos al tío (1963), hasta ahora inédita en castellano, creerá a ratos lidiar con una novela negra. No en vano en sus páginas hay intriga teñida de radiografía social y la violencia late en cada ráfaga de viento. Pero a ratos pensarán que tienen razón quienes la han clasificado como una de las mejores novelas góticas del siglo XX. Todo lo cual no es sino un síntoma de que Matemos al tío es una narración sobresaliente en la que realidad y sueño se mezclan con la misma finura con la que se alternan inocencia y perversidad. La canadiense Rohan O’Grady (pseudónimo de June Skinner, 1922) fue la responsable de idear la historia de Barnaby Gaunt, huérfano multimillonario a quien su tío acoge en una isla de cuento por la que hasta deambula un puma. Los malo para Gaunt es que su tío quiere su dinero, Así que, claro, se impone matar antes de que te maten. Y empieza la escalofriante diversión.