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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Los lobos de Currumpaw

Una bella narración que el artista británico William Grill ha trasladado a un gran y fascinante cuaderno ilustrado.

O de cómo un cazador puede convertirse en un profundo amante de los animales que cazaba… Esta es una adaptación gráfica de Animales salvajes que he conocido, un libro clásico sobre el mundo de la naturaleza escrito 1898 por Ernest Thompson Seton (1860-1946), en el que relata sus experiencias durante la caza de lobos en las vastas extensiones de Nuevo México y, sobre todo, la de un lobo plateado, solitario, inteligente y sagaz, que pasó de ser un objeto de caza a un ser admirado, de la misma forma que los admiraban los habitantes oriundos de esas tierras hostiles y conquistadas por el hombre blanco, los llamados pieles rojas, de quienes se inspiró para desarrollar un grupo juvenil, los Woodcraft Indians, que con el tiempo, sería a su vez inspirador de los conocidos Boy scouts.

La hermosa y emocionante aventura de un lobo y de un hombre, frente a frente, retándose sin descanso hasta que uno y otro acaban respetándose de alguna forma, honrando esa mutua inteligencia que perpetúa esa batalla que tienen entrambos. Una bella narración que el artista británico William Grill ha trasladado a un gran y fascinante cuaderno ilustrado, a un brillante libro de dibujos en los que dominan los ocres, rojos y amarillos de las tierras donde se desarrolla la acción.

Como ya hizo en su anterior y multipremiado libro, El viaje de Shackleton (Impedimenta, 2014) en donde en tonos azules narraba la aventura del explorador antártico, los dibujos de Los lobos de Currumpaw son trazos sueltos, apuntes casi de naturalista o de cuaderno de viaje, con lápices de colores, tremendamente expresivos y, a pesar de su aparente tosquedad, verdaderamente delicados. Se luce con los grandes paisajes por donde deambulan Seton y el lobo, aquel persiguiendo a la bestia, tendiéndole trampas que el lobo plateado se empeña en esquivar e, incluso, de burlar aparentemente con conciencia de hacerlo. Los hermosos paisajes llenos de nubes, aves, estrellas, llanuras inmensas… y los ojos del lobo escudriñando a su perseguidor y de este respetando a su deseada presa, hacen de este libro un atractivo manual de enseñanza para jóvenes y adultos sobre el respeto a los animales (por mucho que nos empeñemos en definirlos como salvajes). No solo eso. También es, simplemente, un libro bonito, una historia bonita y, al final, un objeto bonito que, como no podía ser de otra manera, está recibiendo reconocimientos como el premio Kate Greenaway Medal 2015 o el premio de la Feria de Bolonia al mejor álbum ilustrado del año.