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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«La soledad es un animal difícil de domesticar»

En El silencio y los crujidos Jon Bilbao disecciona los motivos para buscar alejarse del mundo en un tríptico protagonizado por tres personajes que abarcan la Historia desde la Antigüedad hasta el momento actual.

Jon Bilbao (Ribadesella, 1972) llevaba tiempo queriendo escribir sobre la soledad, y la ha encarado con un tríptico de relatos que co-mienza en la Antigüedad y cul-mina en el siglo XXI. En él, un estilita del siglo VI, un biólogo confinado en la cumbre de un tepuy y un informático multi-millonario encerrado en una torre protagonizan El silencio y los crujidos (Impedimenta), el nuevo libro de relatos del autor de obras como Bajo el influjo del cometa (2010, Premio Tigre Juan y Premio Euskadi de Lite-ratura), Padres, hijos y primates (2011, Premio Otras Voces, Otros Ámbitos) y Shakespeare y la ballena blanca (2013).

–Tres personajes en aparien-cia muy dispares. ¿Qué tienen en común?
–Los tres padecen este tipo de pulsión por la soledad, en unos casos manifestada, en otros que ni siquiera se reconocen ante ellos mismos, y el último caso de manera más declarada y reflexiva. En realidad yo lo veo como diferentes encarnaciones del mismo personaje en momentos diferentes de la historia y lugares del planeta.

–¿En qué sentido?
–En conjunto lo veo como una historia de amor de un hombre con la soledad. En los dos primeros relatos esa historia de amor no concluye bien, pero el personaje va aprendien-do poco a poco y al final alcanza su objetivo en el tercer relato. Y es una historia de amor complicada, porque la soledad se descubre aquí como una amante muy exigente.

–¿Por qué?
–Veo la soledad en este libro como si fuera una especie de animal salvaje (en uno de los relatos claramente lo es), del cual en un momento de tu vida puedes ser presa; o al revés, si tú quieres hacer tuyo ese animal, domesticarlo. Ahora, si quieres estar solo por voluntad propia, te puedes encontrar con una serie de dificultades muy impor-tantes (materiales, económicas…), porque ese animal es muy reacio a ser domesticado.

–Miedo, sentirse superiores… ¿Qué motivos los mueven?
–A lo largo del libro hay distintos motivos por los que se busca la soledad. Uno de los motivos principales es el egoísmo, dependiendo de cómo se plantee esa soledad. Si dices de antemano al mundo que quieres estar solo, no hay ningún problema. Ahora bien, si estableces una serie de compromisos sociales y de re-pente decides romperlos, sin dar explicaciones, ahí surge el egoísmo.

–Uno de los personajes le dice a otro que hay dos momentos importantes en la vida: cuando descubres que no eres como los demás, y cuando descubres que no eres tan distinto como creías.
– Es algo en lo que creo realmente, y está bien que descubras las dos cosas. El problema es cuando te quedas sólo con la primera revelación, que te puede llevar a tomar iniciativas egoístas, dañinas para las personas de tu entorno y también para ti. Si eres capaz de alcanzar las dos revelaciones, aunque luego puedes tomar iniciativas arriesgadas o mal contempladas socialmente, ya lo haces de una forma más reflexiva, atemperada y práctica.

–En la primera historia, el es-tilita busca la soledad, pero desde un punto en que puede ver bien a otro estilita…
–Sí, y desde el principio se ve que eso no puede terminar bien. Para aprender a estar solo necesitas la compañía de alguien y al mismo tiempo estás fastidiando la soledad de esa otra persona. Y al mismo tiempo es bastante hipócrita: argumenta que se ha subido a una columna por fervor a Dios y en realidad lo que ocurre es que no quiere tocar el suelo ni tener contacto con ninguna otra persona. Lo que pasa es que necesita a otras personas para que le sustenten…

–En esa evolución, llegamos a la historia del informático que busca la soledad después de haber desarrollado una especie de red social oscura. ¿Símbolo de la dicotomía de las redes sociales, de buscar la compañía de otros, pero desde la distancia?

–Nos encontramos con un personaje que tiene el proyecto vital de la soledad. A partir de cierto momento de su vida, odos los pasos de su vida van encaminados a alcanzar una soledad reflexionada, sostenible y que pueda hacer frente a todo tipo de amenazas. Para ello necesita una serie de recursos económicos. Y esos recursos los logra a través de una aplicación informática relacio-ada con la sexualidad y la intimidad, y con unas repercusiones sociales extensas e intensas. Lo cual no deja de ser paradójico: para conseguir una intimidad extrema sabotea la intimidad de casi todo el planeta, y no siente el menor remordimiento.

–Buscan la soledad, pero los personajes producen una gran fascinación en los demás…
–El personaje en sí es interesante, pero el vacío y las reacciones que crean a su alrededor también son muy curiosas. De hecho, la tercera parte del tríptico no está contada desde el punto de vista del solitario, sino de una persona alrededor del solitario a través de la cual podemos ver la fascinación. Alguien que le da la espalda absolutamente a todo, en principio para nada, resulta muy inquietante. Y, para muchas personas, eso implica una ofensa que conlleva una agresión, querer acercarse a ese solitario y perturbar su soledad.

BEATRIZ RUCABADO