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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Los Liszt», un cómic sobre obsesiones que deriva en una metáfora vital

Hacer listas de canciones, animales, enfermedades o comidas. En eso consiste la vida de "Los Liszt", la excéntrica familia creada por la autora canadiense de origen japonés Kyo Maclear a la que la ilustradora catalana Júlia Sardá ha dado vida inspirándose en los "Tenenbaum" de Wes Anderson. Hacer listas de canciones, animales, enfermedades o comidas. En eso consiste la vida de «Los Liszt», la excéntrica familia creada por la autora canadiense de origen japonés Kyo Maclear a la que la ilustradora catalana Júlia Sardá ha dado vida inspirándose en los «Tenenbaum» de Wes Anderson.

«Cuando leí sobre esta familia y su descripción y su trastorno pensé en los Tenenbaum de Anderson y me inspiré en su lenguaje porque son talentosos y trastornados, pero los Liszt son simplemente transtornados», cuenta Sardá en una entrevista con Efe sobre este libro ilustrado editado por Impedimenta.
Una obra en la que diálogos y dibujo se dan la mano para ahondar —o no— en la vida de una familia afanada en crear constantemente listas sobre los asuntos más peregrinos que se puedan imaginar. Enumeraciones de cosas, animales o actividades que se ven interrumpidas tras la llegada de un extraño visitante que hará que la metáfora surja al instante.

«Si tienes la mente demasiado rígida y eres demasiado cuadriculado te puedes perder muchas cosas de la vida», asevera la ilustradora (Barcelona, 1988) sobre este argumento de estructura familiar y cíclica.

«A la hora de dibujar era interesante porque podía subrayar estas situaciones y que los personajes se vieran enfrente de sus obsesiones», ha descrito.

Y si para dar vida a la familia acudió a la película de Anderson para crear a ese extraño visitante que genera el conflicto y que hace generar al pequeño de la familia preguntas existencialistas Sardá se inspiró en algo «muy lejano» a la producción cinematográfica: las marionetas que el artista Paul Klee hizo para sus hijos.

«Un elenco de personajes rarísimos», según dice, que ha mezclado para dar forma a este hombre cuya aparición marcha el «momento de empezar a disfrutar con la historia».

Aunque no se conocen en persona, Maclear y Sardá han sido protagonistas de una «especie de magia» a la hora de trabajar: «simplemente me pasaron el guión e hice un primer set de esbozos. Nos habíamos entendido a la perfección y tuvimos la sensación de que la aportación que hacía el dibujo complementaba el libro y hacía que quedara redondo», concluye.