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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Barbara Baynton – Estudios de lo salvaje

Barbara Baynton (Scone, 1857) es otra de esas autoras «redescubiertas» que, por desgracia, no han obtenido reconocimiento literario hasta muchas décadas después de su muerte.

En el caso de Baynton, los motivos se deben al carácter rebelde y disonante de su obra, muy alejada de la visión bucólica y edulcorada, por no decir falsa, que sus coetáneos trataban de proyectar acerca del medio rural australiano. Los seis relatos reunidos en Estudios de lo salvaje muestran una realidad que poco o nada tiene que ver con el naturalismo romántico. Adentrarse en la obra de Baynton supone estar expuesto a las inclemencias de la meteorología y del terreno, un entorno feroz e inhóspito en el que los personajes, en su mayoría mujeres, se desenvuelven a duras penas mientras luchan por no caer víctimas de un arrollador clima de violencia.

Si bien confluyen en una visión aciaga y sin paliativos de la vida en el campo —que deja, por cierto, en peor lugar a los hombres que a las bestias—, las historias que conforman Estudios de lo salvaje ofrecen una amplia variedad de combinaciones narrativas en las que Baynton juega hábilmente con el tono del relato. Así, encontramos en «La soñadora», en el que una joven se enfrenta a todo tipo de amenazas y obstáculos en el camino de vuelta a casa, un inquietante devaneo hacia el gótico que choca de frente con el toque humorístico, casi paródico, de «Una iglesia en la maleza», en el que los miembros de una comunidad rural hacen alarde de su hospitalidad mientras discuten asuntos cotidianos en pleno oficio religioso.

«Billy Skywonkie», por otro lado, es un punzante a la vez que sutil ejercicio de denuncia social en el que se pone de manifiesto la explotación sexual de la que eran objeto las mujeres aborígenes o mestizas de la época. De hecho, las mujeres en general no salen muy bien paradas en las historias de Barbara Baynton. Relatos como «La compañera de Squaker» o «El instrumento elegido», dos de los más estremecedores e implacables del conjunto, son quizá la mejor prueba de ello. En el primero asistimos al lento pero imparable declive de una campesina que, tras sufrir un aparatoso accidente que la deja inválida, queda a merced de un hombre violento y déspota. En el segundo, otra mujer cae víctima de la demoledora brutalidad masculina por culpa de un fanático que la confunde con la aparición de una virgen, acarreándole consecuencias devastadoras.

Dura, agreste, sin miramientos de ninguna clase. En la literatura de Barbara Baynton no hay espacio para concesiones ni despliegues de misericordia. Su retrato feroz del bush australiano puede resultar todo lo innovador y revolucionario que se quiera, pero no oculta el hecho de que a veces resulta arduo dilucidar un hilo argumental entre la maleza narrativa que abunda a lo largo de la obra. Estudios de lo salvaje es una colección interesante pero irregular, con relatos sobresalientes que coinciden con los tramos más oscuros del libro y otros menos brillantes cuya esencia se diluye en observaciones y diálogos más bien dispersos. La recuperación de Barbara Baynton supone, sin ninguna duda, una empresa valiente y audaz, aunque no sé si necesaria.