Así describe el libro la propia editorial: «¿Fue antes la escritora o el jardín? Penelope Lively se embarca en un fascinante viaje a través de los jardines que han marcado su vida. Desde el gran jardín de la casa en la que se crió, en El Cairo, hasta el que tenía su abuela en los inclinados campos de Somerset, pasando por la exuberante floresta de El paraíso perdido de Milton y los coloridos laberintos de Alicia en el País de las Maravillas, así como los jardines de escritores, como Virginia Woolf, Elizabeth Bowen o Philip Larkin. Literatura, mujer y naturaleza. Un embriagador recorrido que nos lleva de vuelta al hogar primigenio de la humanidad.»
De este modo, este viaje de deconstrucción personal y colectiva que propone Penelope Lively se inscribe, de igual manera, en una tradición naturalista en cuanto a su relación con el entorno, así como en el marco del artefacto autobiográfico, ligando permanentemente la experiencia individual con un aroma de expansión, de extrapolación constante. Su mirada ágil, divertida e igualmente melancólica y experimentada induce al lector en un estado físico de embriaguez, poseyéndolo a través de esa memoria íntima que no mira hacia dentro sino hacia fuera: hacia las flores, los jardines, los libros. Y nos cuenta la historia de su vida a la vez que, claro, apela a la de las nuestras.