Sabéis que en Papel en Blanco profesamos verdadera devoción por la ilustradora Emily Hughes. Ya os hemos hablado de ella, tanto Sarah como yo, a propósito de otras obras suyas (ilustradas o como autora completa), como Salvaje, El pequeño jardinero u Osos. En cada uno de estos álbumes, Emily despliega unos lápices que nos recuerdan a las viejas ilustraciones de los años 50, y las llena de una explosión de la naturaleza, de la exhuberancia de sus tonalidades ocres. Ahora, esta artista afincada en el Reino Unido vuelve a las librerías en una novedad editada recientemente por Impedimenta, en la que corre a cargo de los dibujos de los cuentos de Laurel Snyder en Charlie y Ratón.

Charlie y Ratón son cuatro sencillos cuentos de dos hermanos. Dos bestezuelas muy ocurrentes y pizpiretas que viven sus pequeñas aventuras. ¿Cómo es que hay un bulto que habla en la cama de Charlie, y cómo conseguirá que salga de ella? ¿O cómo se hace para montar una fiesta improvisada en el parque con tus amigos? ¿Creéis que será un buen negocio dedicarse a vender piedras del patio de atrás? ¿A vosotros también os encanta comer una banana antes de irte a la cama?

Estas preguntas tendrán respuesta en la lectura de los cuatro pequeños relatos que forman Charlie y Ratón. Cuatro cuentos los que nos propone Laurel Snyder muy breves en los que el texto y la imagen están muy equilibrados para ser una lectura ideal para los primeros lectores (a partir de 6 años) o bien para ser leídos como un adulto. Argumentalmente son extremadamente sencillos, porque son casi como cuatro anécdotas. Yo me quedaría con Piedras, que es el que más aprovecha el potencial de ambos hermanos para protagonizar historias interesantes. Las otras tres son muy básicas, con un sabor que apela a lo costumbrista en la vena del Maurice Sendak más realista. Consideramos que el punto fuerte de la obra es sin duda la alegría que le transmiten los lápices de Emily Hughes a la historia.

Josep Oliver