Pues mucho, pese a que se habla tan poco. Jack London sobrevivió como cazador de ballenas en el Ártico (tiene su punto, aunque Moby Dick lo escribió otro), Colette abrió un salón de belleza y Orwell pasó de ser policía en Birmania a vivir de lavar los platos en Londres. Gorki trabajó como pinche de cocina en el Volga, Saint-Exupéry pensó toda su vida que su verdadero trabajo era el de aviador. Malraux fue ministro, ni tan mal; e Italo Svevo fue un gran industrial que lo dejó todo para vivir de lo que le gustaba, escribir. El trabajo de Galateria ha consistido en reunirlos a todos para mostrar la etapa anterior al éxito literario, que pocas veces es repentino y produce buenos ingresos.
E. S.