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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Edmund Crispin nos habla del misterio de «La juguetería errante»

Una vez más, me rindo ante la editorial Impedimenta. Sus libros se meten por los ojos, como los bombones en una pastelería, con sus portadas preciosistas y sus tramas que te enganchan sin remedio.

Una vez más, me rindo ante la editorial Impedimenta. Sus libros se meten por los ojos, como los bombones en una pastelería, con sus portadas preciosistas y sus tramas que te enganchan sin remedio. Hoy le toca el turno a La juguetería errante de Edmund Crispin, una novela de detectives bien cargada de humor inglés. El precio es 20,20 euros y yo ya me veo acariciando la portada con amor.

Richard Cadogan es poeta y acaba de tener una discusión con su tacaño editor. Para aliviar tensiones, marcha unos días a Oxford. Y cual será su sorpresa, ya que el primer día se encontrará con el cadáver de una mujer en una juguetería. Sorpresa que se hará mayor cuando avise a la policía y la juguetería haya desaparecido (cadáver incluido), encontrándose en su lugar una tienda de ultramarinos. Decidirá entonces unir sus fuerzas a Gervase Fen, un excéntrico profesor de literatura inglesa y detective aficionado, para descubrir qué se esconde tras el crimen. Persecuciones absurdas, pistas en forma de poemas y un asesinato imposible componen esta alocada novela de detectives.

Edmund Crispin es en realidad el pseudónimo de Robert Bruce Montgomery. Nacido en 1921, escribiría un total de nueve novelas y dos colecciones de cuentos, todos ellos protagonizados por el excéntrico Gervase Fen. ‘La juguetería errante’ es en realidad la primera novela de esta serie que los chicos de Impedimenta se han propuesto rescatar. Popularísimo en Inglaterra, Crispin consiguió un alto puesto entre los escritores de novelas de detectives ingleses. Moriría en 1978, aunque había dejado de escribir casi tres décadas antes.

Como es habitual, desde Impedimenta nos ofrecen las primeras páginas del libro, para que sintamos la necesidad imperiosa de seguir leyendo. Ahora hace un tiempo que no leo nada con el inconfundible toque british que desprende esta obra, creo que va siendo hora de que retome las buenas costumbres. Y es que, ¿quién no es un poquito más feliz con un peculiar detective inglés en su vida? Atención también al vídeo de presentación, que no tiene desperdicio…