Esta novela es difícil de descifrar según los críticos, sus páginas están cargadas de códigos por descubrir y analizar. Tiene un buen ritmo, es poético en algunos fragmentos y en otros nos acerca a las expresiones populares del lugar, básicamente es un thriller poético y metafísico, abierto a cualquier lector que se preste.
Un rey sin diversión nos adentra en el invierno de 1843, en la región de Trièves, en la Provenza. El lugar permanece oculto bajo la nieve. En un pueblo de la comarca comienzan a suceder una serie de acontecimientos que harán que el lugar ya no vuelva a ser el mismo. Marie Chazottes una morenita de ojos claros, blanca como la leche, viva y bien formada desaparece, a nadie se le ocurre la posibilidad de que haya podido escapar. Se habla del diablo, de la posibilidad de que ella esté con él. En este pueblo, donde se lee a Gérard de Nerval y donde en la biblioteca se conservan fotografías del hombre lobo, el escenario no es sólo nieve, es naturaleza. Llegamos a disfrutar de los troncos de los árboles vistos a través de la luz y de los aguijonazos en los bigotes de los personajes.
Frédéric II segaba las hierbas y pensaba en el haya de la serrería, el Dios personificado de la primavera. El haya, que se encontraba en su adolescencia, poseía una belleza tan inmensa que llegaba con gran elegancia el peso acumulado. Rodeada de pájaros, moscas, mariposas y avispas. Personajes con los que casi entras en hipnosis debido a su fuerza estética y sus pensamientos a veces helados. Descubrimos el lado oscuro del mal ¿alguien dejaría a un rey sólo bajo la nieve?
Se cerró la escuela, les prohibieron salir del pueblo, nadie podía caminar solo. Vigilaron a través de los bosques que se ocultaban bajo las nubes. Entre la niebla y el denso follaje persiguen a un hombre. Un caballo y una vaca degollados sin que se oyera ni un solo ruido. Volvieron los tiempos negros de la nieve, el frío y el miedo.
Este libro centrado en la naturaleza y en la pérdida de sus personajes, los seres queridos, viene a demostrarnos que al igual que en una guerra, cuando comienzan a desaparecer las personas que tenemos cerca, el miedo se apodera de nosotros, nos sentimos frágiles, perdidos, y esto es lo que les ocurre a los personajes de esta historia. La nieve es clave pero más significativa es la naturaleza en si, ya que sirve de escape y a la vez de refugio. Esta novela, cargada de códigos pone en evidencia que a través de las expresiones populares que he comentado, el lector se acerca a la angustia que pudo llegar a sentir el autor a la hora de escribir esta maravillosa historia de personajes ausentes, animales y la magia de la noche.
Por Begoña Callejón