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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Eudora Welty

Impedimenta suma su personal tributo a esta renovadora de la narración con la reciente aparición de su novela "Las batallas perdidas", (Madrid, 2010), que supo retratar como nadie el mundo de las relaciones personales, con una prosa sabiamente elegida para encarnar con fidelidad las vidas y emociones de sus personajes, mujeres y hombres del sur de Estados Unidos.

La editorial Lumen ha publicado los Cuentos Completos (Barcelona, 2009) de una de las autoras más brillantes de la literatura norteamericana, Eudora Welty (1909 – 2001, Mississippi) con motivo de la celebración del centenario de su nacimiento, Por primera vez en España, se reunen todos los relatos procedentes de sus cuatro libros: «Una cortina de follaje» (1941), «La red grande» (1943), «Las manzanas doradas» (1949) y «La novia del Innisfallen» (1955), además de una serie de cuentos inéditos, con los que se rinde merecido homenaje a esta maestra de varias generaciones de escritores. Impedimenta suma su personal tributo a esta renovadora de la narración con la reciente aparición de su novela «Las batallas perdidas», (Madrid, 2010), que supo retratar como nadie el mundo de las relaciones personales, con una prosa sabiamente elegida para encarnar con fidelidad las vidas y emociones de sus personajes, mujeres y hombres del sur de Estados Unidos. Welty pasó toda la vida en su ciudad natal. Tras graduarse en la Universidad de Wisconsin, se dedicó con devoción a la fotografía, pero pronto giró el timón hacia la literatura. Su primer cuento publicado, llamó la atención de Katherine Anne Porter, quien se convertiría en mentora y prologuista de su bautismo literario, «Una cortina de follaje». En 1973 obtendría el Pulitzer con su novela «La hija del optimista» y en 1992 le fue concedido el Real Award por su contribución al desarrollo del relato norteamericano. «El cuento es un medio difícil y especial -afirmó en una ocasióny en contra de una superstición popular muy extendida, no tiene una fórmula que pueda aprenderse en un curso por correspondencia». Esta observación, llena de fina ironía, reflejaba el desafío implícito que Welty decía encontrar en cada historia, esa lucha tan imprevisible que supone este género para todo escritor. Cuentos como «Porque vivo en la oficina de correos», «La llave», «Muerte de un viajante», «La lluvia de oro» -ambientado en un pueblo llamado Morgana, que recuerda de manera inevitable al Macondo de García Marquez-, el entrañable «Livvie», con esa esposa de color, joven y sin dinero, a quien una vendedora de cosméticos deja probar por vez primer un pintalabios, o «El fuego», turbador en su inicio y en su final, son los que han convertido a Welty en una verdadera leyenda –tan faulkneriana como el famoso escritor-, poseedora de un estilo tan preciso, original e imperecedero como su mundo narrativo. Señas de identidad éstas, que encontramos también en «Las batallas perdidas», novela finalista del National Book Award, que narra el encuentro de tres generaciones de excéntricos descendientes de la abuela Granny Vaughn, los cuales se reúnen en su vieja casa de Mississippi para celebrar su noventa cumpleaños en los tiempos de la Depresión. Con una edición excelente –como a las que ya nos tiene acostumbrados Impedimenta- y una impecable traducción de Miguel Martínez-Lage, Welty vuelve a demostrar su maestría a través de un humor agudo y conmovedor, además del profundo sentido lírico que intensifica el mundo de sus protagonistas, «figuras encantadas -en palabras de Katherine Ann Porter-, que para bien o para mal están rodeadas de un aura de magia. Disfrutemos, pues, de la magia de Eudora Welty y de ese halo de luz que envuelve su magisterio.

Por Jorge de Arco