Fue el famoso caso de Víctor de Aveyron. El suceso es conocido entre otros motivos por la excelente película realizada en 1969 por François Truffaut, “El pequeño salvaje”. Ahora, el norteamericano T.C. Boyle retoma tema y título para realizar una soberbia narración, una novela breve en la que se condensa de forma magistral un hecho insólito (que un niño sobreviva ocho o nueve años en los bosques) con el intento de educarlo cuando están en boga nuevas teorías pedagógicas y el mito del buen salvaje de Rousseau se ve como una posibilidad. Boyle adopta un tono triste para una historia que lo es, pero también logra atrapar al lector desde la primera línea contando la aventura civilizatoria del niño y sus habituales regresiones al estado de animalidad. Sabemos, el propio Boyle lo anticipa, que Víctor de Aveydon nunca logrará hablar.
Un magistral relato sobre la naturaleza y la civilización
En la Francia postrevolucionaria, en 1798, sucedió un hecho que fascinó al país y se convirtió en todo un símbolo y motivo de reflexión: unos cazadores descubrieron a un niño salvaje y desnudo viviendo solo en los bosques, hecho que dio paso a un vano intento de “civilizarlo”.