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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Castración del niño-animal

No es la primera vez que T. C. Boyle (1948) repasa con ademanes de ficción las historias que sabemos —o creemos— reales.

Lo hizo con las vidas del explorador Mungo Park (Música acuática, 1981) y el arquitecto Frank Lloyd Wright (The Women, 2009). En El pequeño salvaje, editado en inglés en 2010, ahonda en el caso del niño asilvestrado de Aveyron, encontrado en los bosques del Languedoc francés en 1797. Sobre la peripecia, de por sí tan triste como la de todo freak social, Boyle emplea el mismo tono de pérdida que usó Truffaut en la celebrada película del mismo título que esta nouvelle. La adaptación social del niño-animal implica una castración. El hombre muere cuando deja de ser salvaje, cuando «el cielo y todo el poder de la vida que brotaba de la tierra bajo sus pies» dejan de ser significado para convertirse en mero y vulgar significante.