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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Alan Sillitoe – «Sábado por la noche y domingo por la mañana»

El que fue rebelde una vez, lo será siempre. No se puede evitar. Nadie puede negarlo. Y es mejor ser un rebelde más que nada para demostrarle a la gente que no merece la pena intentar jugártela.

Conocí a este autor con La soledad del corredor de fondo, un libro fantástico. Me llamó tanto la atención que investigué sobre el autor perteneciente a un grupo para mí desconocido hasta ese momento, los Angry Young Men. Un grupo de autores que reflejaban las penurias sociales de las clases bajas criticando la mediocridad e hipocresía imperante en la época. Me gustan las crónicas sociales así que me quedé con las ganas de más y, hace poco, cayó en mis manos este título que traigo hoy a mi estantería virtual, Sábado por la noche y domingo por la mañana.

Os presento a Arthur Seaton, un veinteañero de Nottingham que no quiere más responsabilidad que trabajar a destajo entre semana en una fábrica de bicicletas. Su vida gira esperando al fin de semana para beber, buscar bronca y meterse en las camas de las mujeres de sus compañeros. Sin embargo, hasta la rebeldía puede estar sujeta a normas férreas y entonces, cuando descubrimos eso… ¿qué hacemos?

Esta obra representa un retrato de la sociedad al finalizar la Segunda Guerra Mundial, pero también una vida desprovista de responsabilidades salvo la de conseguir dinero, que puede trasladarse a un modelo social actual. Vemos claramente una juventud desencantada cuya máxima aspiración es llegar a conseguir lo mismo que han conseguido sus padres. No nos agrada este joven irresponsable y busca líos, pero si su evolución, saber cual va a ser su próxima decisión y si nos va a hacer mover la cabeza negando o, por el contrario, nos sorprenderá con un poco de cordura. Y así, a través de sus páginas y su vida, nos encontramos apreciándolo como a un familiar o conocido al que vamos viendo crecer.

Y sin embargo este libro encierra mucho más que eso, hay una crítica descarnada hacia la política y los políticos que nos manejan, las normas sociales, los sindicatos que embaucan, la familia que aprieta y un sin fin de ambientes que nos va desgranando con precisión de dibujante. No deja títere con cabeza y pese a ello lo leemos con una sonrisa, aunque sea una visión crítica hacia todo, aunque el protagonista se nos antoje un niñato irresponsable en un principio, consigue despertar el interés y hacernos partícipes de su peculiar sentido del humor.

Es, sin lugar a dudas, uno de mis descubrimientos recientes, un libro fantástico que os recomiendo a todos escrito con lengua afilada.
¿Qué opináis de esa visión de la juventud y la sociedad que ahora dicen es atemporal, sigue existiendo?

Gracias