En efecto, desde diferentes ángulos y con registros muy diversos, el autor perseveró en el análisis y la representación del impacto que la occidentalización meijí estaba teniendo en la sociedad nipona. Lo hizo en Soy un gato (1905), lo hizo en Botchan (1906) y también lo hizo en Sanshiro (1908). Todas ellas, como Daisuke, traducidas al castellano en los últimos meses por Impedimenta.
En «Daisuke», Soseki da rienda suelta a su maestría para bucear en las psicologías. Daisuke es un joven al que la vida sonríe hasta que llega a la conclusión de que vivir no tiene interés y se afilia a la pereza militante. Entonces llega el amor…
Por Eugenio Fuentes