Editorial Impedimenta sigue consiguiéndonos grandes obras de la literatura clásica, pero sobre todo, lo mejor que hacen, es hacernos llegar grandes obras inéditas. Un trabajo importante y en ocasiones, poco reconocido, pero sin duda, alabado por los que conocemos este nuestro querido mundo del buen lector.
Max y Moritz es una obra gamberra, divertida y con cierto humor negro que sólo ojos dichosos, con experiencia en la buena prosa y admiradores de las ilustraciones de antaño, podrán enmarcar. Max y Moritz son dos perversos jovenzuelos que, con el afán de divertirse, no dejan de hacer travesuras a diestro y siniestro. No se salva nadie. Desde la viuda Blume hasta Hisidren, el labrador. Pasando por los pasteleros del pueblo e incluso a Maese Petrus, sabio y correcto, se atreven a poner su alma en vilo. Todos sucumben de una forma u otra a las endiabladas bromas de estos niños.
Casi 150 años tiene este cuentecito lleno de travesuras de las que se contaban entre los mayores y que a los niños de entonces nos hacían reír, imaginándolo todo como si fuéramos los verdaderos protagonistas de aquellas bromas salidas de retorcidas cabecitas. Escrito en verso, esta obra de Wilhelm Busch (1832-1908), es el antecedente de todos los personajes malsanos (pero divertidos) del cómic que surgiría pocos años después y llega hasta nuestros tiempos, aunque entonces, en 1865 cuando fue escrito, lo políticamente correcto aún no existía y las salvajadas que describen estas aventuras no pueden considerarse precisamente blancas.
A estos malvados gamberros les encanta hacer daño y de ellos no se libra nadie. Una estupenda recuperación con traducción (en verso) realizada por Víctor Canicio. Un clásico del cómic para enseñar y disfrutar con nuestros ya centrados hijos.