En España hay poco de este afilado escritor, vigilado por el FBI y enjuiciado varias veces por negarse a pagar impuestos en protesta por la Guerra de Vietnam. El cristiano mágico (1959), una sátira sobre el poder corruptor del dinero, llega en el momento oportuno y con calidad de fresco realista. El protagonista de esta fábula atroz y obsesiva es Guy Grand («Grand me llamo y la pasta es mi reclamo»), un multimillonario empeñado en demostrar a las bravas que todos tenemos un precio. Lo fuerte de Southern son los diálogos y las situaciones (Peter Sellers le pagaba en secreto para que le preparase gags), y la novela lo demuestra.