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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«Daisuke», de Natsume Soseki

Posee una riqueza intelectual, demuestra una habilidad literaria y atesora una complejidad interna bien conseguidas.

En los últimos meses, y sobre todo desde hace unos pocos años a esta parte, el sistema literario español está siendo enriquecido con textos que ayudan a comprender la Era Meiji japonesa. Un período transcendental de la historia del país nipón, cuyos ecos resuenan todavía en nuestros días, e incluso permiten explicar y comprender muchas de sus idiosincrasias, características y rasgos diferenciadores. En los finales del s. XIX se ponía fin a la época feudal del shogunato Tokugawa, los señores (daimyo), con todo su código y ritual, caían derrotados por los cañones de la modernidad. Las barreras del aislacionismo cedían el paso a una apertura sin precedentes.

De entre todos estos autores, destaca como su figura más sobresaliente Natsume Sōseki, pseudónimo literario de Natsume Kinnosuke (1867-1916). Una posición principal conseguida a consecuencia de una vida cuyos avatares sintetizan casi a la perfección los dilemas y los retos a los que se enfrentaba el hombre corriente japonés de esta época: maestro enviado a las provincias más remotas para ejercer su profesión –la isla de Shikoku no es lo que se dice un lugar dónde un hombre de Tokio pudiera sentirse como en casa, se marcha pocos años después a Inglaterra con una exigua beca, para vivir también allí un tiempo de distancia y penuria. Una experiencia vital angustiosa que forja el carácter reflexivo y socarrón que proyectará en sus mejores textos desde ‘Botchan’ (1906, y publicada por Impedimenta en 2008) en adelante.

Gran lector, e incluso se puede decir que compulsivo devorador de libros, Natsume Sōseki se empapa de muchas referencias literarias hasta entonces desconocidas para cualquier japonés. Unas influencias que, quizás más que en ningún otro texto, se dejan sentir en ‘Daisuke’ (1909, y publicado por Impedimenta en 2011, disponible en FantasyTienda). Novela que, junto con ‘Sanshiro’ (1908, e Impedimenta en 2009) y ‘La puerta’ (1910, todavía no publicada), constituyen una trilogía donde se explora la influencia de occidente sobre Japón y, más en concreto, sobre el hombre corriente japonés. En una síntesis que hace de esta obra, junto con ‘Soy un gato’ (1905, e Impedimenta en 2010) y ‘Kokoro’ (1914, y Gredos en 2009), una de sus mejores aportaciones literarias.

Todo ciudadano contemporáneo está pendiente de atravesar las dudas a las que ‘Daisuke’ (Impedimenta, 2011) se expuso. Por eso es, también en nuestros días, una novela necesaria y una lectura imprescindible.
De hecho, en un principio ‘Daisuke’ (Impedimenta, 2011) podría recordar a ‘Oblómov’ (1859), la gran obra maestra de Iván Gonchárov (1812-1891). Pues nuestro joven protagonista demuestra una ociosidad, acomodamiento y apatía vital que en nada desmerecen al hombre superfluo por excelencia de la literatura del s. XIX. Sin embargo, pronto Sōseki apuesta por un camino diferente, pues no se ejerce aquí la crítica social a la nobleza –como sí era corriente en la Rusia de la época, sino la observación de cómo el encuentro entre el japonés tradicional y la modernidad occidental va conformando, de forma caótica, una personalidad japonesa híbrida de la que, en algún modo, Daisuke ejerce como principal representante.

En este punto, Sōseki opta para la estructura de su trama por un retrato bastante habitual en la literatura japonesa del período: un joven imbuido por la influencia occidental conoce a una joven cuyos valores y código ético de comportamiento lo reconecta con su tradición; a la que venía minusvalorando sistemáticamente, por ejemplo, a través de la incomprensión de su propio padre.

Sin embargo, esta tensión vital, lejos de quedar enmarcada simplemente en la peripecia amorosa o el drama familiar –pues esa joven no es otra que la esposa de su mejor amigo de la infancia, adopta en Sōseki inesperados tonos complejos de crítica social a la indolencia, de desprecio por la idealización o el purismo ante ambos extremos en tensión, o incluso de reflexión existencialista y vitalista sobre el sentido del trabajo para la vida. Conectando este texto con otros espacios literarios y culturales, situándose con inteligencia en el centro del debate sobre el trabajar para vivir o el vivir trabajando; nuevamente habitual en nuestros días:

“…a menos que seas una de esas personas que no están sometidas a la única preocupación de la comida o del vestido, es decir, a menos que te puedas permitir el lujo de trabajar por puro antojo, no podrás realizar ningún trabajo ni seria ni honestamente” (pág. 108).

Natsume SōsekiEl equilibrio entre argumentos, sin que la trama principal pierda un ápice de su interés, y manteniendo al lector ante una reflexión rica y compleja sobre las vicisitudes de su tiempo, resulta un meritorio logro a la altura de una gran pluma como la de Sōseki. Pocas veces un texto puede mostrar esa casi imposible dualidad, ese juego de malabarismo saltimbanqui, entre la trama interesante y el pensamiento profundo, sin aburrir ni atosigar, fluyendo con la rapidez de una novela subyugante.

‘Daisuke’ (Impedimenta, 2011) se encuentra entre las mejores novelas del mejor autor japonés de la era Meiji. Pero además posee una riqueza intelectual, demuestra una habilidad literaria y atesora una complejidad interna tan bien conseguidas que, más allá de intereses particulares, la hace merecedora de una especial atención. Entonces, consiguió captar las esencias de su tiempo. Ahora, con el paso de los años, demuestra también lo transversal de sus reflexiones y lo universal sus temas. Todo ciudadano contemporáneo está pendiente de atravesar las dudas a las que ‘Daisuke’ (Impedimenta, 2011) se expuso. Por eso es, también en nuestros días, una novela necesaria y una lectura imprescindible.