Durante el recién clausurado festival Nueve Puertas, de las culturas checa, alemana y judía, que este año por primera vez se celebró además de en Praga en ciudades españolas, se presentó en Madrid una de las obras de mayor calado de Arnošt Lustig, fallecido en 2011.
‘Una Oración por Kateřina Horovitzová’ ve la luz en español, casi 50 años después de hacerlo en checo. La traductora al español del libro, Patricia Gonzalo de Jesús, nos introduce en la trama.
“En un grupo de hombres de negocios judíos americanos que estaban en Italia de negocios, el cabecilla de ellos, a cambio de dinero salva la vida de una de las judías que estaban en los andenes de los trenes que iban a los campos de concentración, que es Kateřina Horovitzová. Aquí surge un dilema moral porque Kateřina obviamente no quiere morir y decide aceptar esta oferta de ser rescatada, pero a la vez pesa sobre su conciencia el haber dejado atrás a su familia. Ella intenta justificar esta actuación más allá que de como mera supervivencia, como una forma de tener más posibilidades de rescatar a su familia más adelante”.
Arnošt Lustig aseguraba que esbozó todo el libro en una sola noche en vela. La complejidad de la realidad y los personajes está presente en una obra que no se permite visiones simplistas con las que se retrata a menudo capítulos trágicos de la Segunda Guerra Mundial.
“A lo largo de todo el libro hay una ambigüedad moral. Nunca sabemos si lo que hacen los personajes, y sobre todo la protagonista, es correcto o incorrecto, es blanco o es negro. Siempre a lo largo del libro nos movemos más bien por los grises, y sólo al final podemos hacer nuestro juicio. Plantea un dilema moral interesante, o sea, lo que uno considera que es correcto o incorrecto desde la ética individual de cada uno, y lo que uno se ve obligado hacer para sobrevivir en una circunstancia determinada que a uno lo supera”.
Patricia Gonzalo de JesúsPatricia Gonzalo de Jesús Patricia Gonzalo de Jesús destaca también qué llevó a Lustig a escribir el libro. Una historia que contó el propio autor en uno de sus últimos viajes, el que hizo a Madrid para charlar con sus lectores, meses antes de morir.
“Yo creo que lo más interesante del libro, aparte del libro en sí, es como surgió. Es una historia que nos contó en su visita a Madrid Arnošt Lustig, tanto al editor Enrique Redel como a mí, y creo que fue un poco lo que motivó a Enrique a publicar el libro. Cuando le preguntaban cómo puede uno seguir viviendo después de una experiencia en los campos de concentración, él siempre decía que para continuar viviendo con cierta normalidad tenía varias motivaciones. Una era que al contrario que sus compañeros, su madre también había regresado de los campos de concentración”.
‘Una Oración por Kateřina Horovitzová’ fue una especie de regalo a su madre, prosigue la traductora.
La película ‘Una Oración por Kateřina Horovitzová’La película ‘Una Oración por Kateřina Horovitzová’ “En relación con su madre precisamente surge el libro. Al parecer, una vez se estableció el régimen de la Alemania de posguerra empezaron a llevar a cabo gestiones para devolver a los judíos parte de sus objetos personales, tanto los confiscados en general, pero también los requisados en los campos de concentración. Una de las cosas que se pretendían devolver eran las alianzas de matrimonio. El caso es que para que eso se devolviera había que presentar no sólo el certificado de matrimonio, sino también el certificado de defunción o garantía de que esa persona había muerto en ese campo de concentración y ese objeto le pertenecía, cosa que por el sistema que había en los campos de concentración era absolutamente imposible demostrar”.
Después de la inicial alegría de pensar que iba a recuperar estos objetos de tanto valor sentimental, su madre estaba desconsolada, contaba Lustig.
“Arnošt Lustig le dijo que qué era lo que esperaba por parte de personas que habían sido capaces de hacer lo que habían hecho. Pero en honor a su madre y a otras mujeres fuertes que habían sobrevivido a los campos de concentración, y que con su comportamiento habían sido un ejemplo para los demás, decidió escribir un libro en el que la protagonista era una mujer, una mujer justa”.
Volviendo a la obra, Patricia Gonzalo de Jesús señala también su valor histórico, al aportar una nueva visión sobre el Holocausto. Un término, por cierto, que detestaba el propio Lustig para referirse a la Solución Final nazi, ya que consideraba que eso había sido sencillamente un genocidio, en contraposición con el sacrificio religioso que aparece en la Biblia como ‘holocausto’.
“Quizás el tema del Holocausto de otros países es más conocido, pero de lo sucedido en Chequia no es un tema del que se haya traducido mucho al castellano, con lo cual está bien que empiecen a salir autores en España sobre la cuestión judía en la República Checa”.
Otro atractivo del libro es la estructura no cronológica de la historia, así como los múltiples personajes en los que sucesivamente se va centrando la novela. Un placer para el lector, y más de un quebradero de cabeza para la traductora, cuenta Patricia Gonzalo.
“El libro tiene un estilo muy complicado, porque hay continuos flashforward y flashback. O sea, continuamente nos movemos de adelante atrás y de atrás adelante. Aunque sigue una estructura de narración lineal, en cierto modo estamos recordando cosas que han ocurrido antes y también se adelantan algunas cosas que ocurrirán después. Con lo cual encontrar una forma de unir todo eso y que el lector no se despiste resulta un poco complicado. También porque esos recuerdos e impresiones que adelantamos que sucederán después, no son adelantadas por el narrador sino a partir de los recuerdos de los personajes individuales, de forma que es como si fuéramos saltando de la mente de un personaje a la mente de otro continuamente, tanto de los prisioneros, como de los soldados y los oficiales de las SS. Y bueno, el estilo del propio Lustig en sí es muy elaborado, con lo cual requiere tiempo”.
‘Una Oración por Kateřina Horovitzová’, lanzada por la editorial Impedimenta, es la tercera obra publicada en español de Arnošt Lustig, tras ‘Ojos Verdes’ y ‘Sueños Impúdicos’.