Obviamente hay variaciones, pero por regla general, una novela de misterio suele ser depositaria de los vicios y mezquindades más comunes en su vecindario, y si además se ocupa, como suele ser necesario, de describir de forma precisa el escenario y costumbres donde se va desarrollar la trama, el retrato es perfecto.
En el caso británico, la novela suele tener dos características propias que, personalmente, me hacen disfrutar mucho: por un lado, un referente gótico que, además de darle una pátina de aventura y reforzar el valor de la «adivinanza», le puede otorgar cierto aíre de cuento, y, en segundo lugar, su sentido del humor, capaz de crear personajes tan inolvidables como Hercules Poirot o la Señorita Marple y, por supuesto, Sherlock Holmes.
Gervasio Fen, al que desconocía y a quien he descubierto en esta divertidísima novela, se suma a partir de ahora a esta galería.
La Juguetería Errante contiene todas las características antes citadas: es divertida hasta lo hilarante, crea un rompecabezas en ocasiones difícil de seguir y describe Oxford, su paisaje y sus costumbres, con una precisión de guía de viajes.
Lo que sorprende , dentro de su rocambolesca trama ( que por otro lado no apunta tanto a ser creíble como a entretener ) es su nivel casi cinematográfico en la organización de movimiento continuo, algo que requiere una gran capacidad narrativa.
No en vano, a pesar de que, repito, para mi era una novela y un autor desconocidos, se le supone un clásico del género en su país.
No me extraña, es de esas veces en que la lectura es un verdadero placer.