En este caso se trata del poder mediático-comercial, que ha vuelto tierra baldía buena parte del espacio de las librerías. Llámenlo literatura industrial o, si son más groseros, basura sin más. El lector que se acerque a la contraportada sabrá que La buena novela («Au bon roman»)es una elitista librería parisina que sólo ofrece al cliente obras de primera calidad seleccionadas por un grupo de «sabios». La iniciativa desencadena pasiones, envidias y una intriga basada en un misterio literario que incluye amor, bibliofilia y muerte. Sin embargo, estas cuestiones no serán conocidas por el lector hasta alcanzar la página 70, ya que hasta ese momento se irán disponiendo ante sus ojos las piezas de un apasionante rompecabezas, edificado con una precisa escritura, riquísima en matices, sentido del humor y todo tipo de juegos metaliterarios. Mayor.
Por Eugenio Fuentes