No son pocos los que ven en Mircea Cartarescu (Bucarest, 1956) al primer escrito rumano con posibilidades reales de hacerse con el premio Nobel de Literatura, y razones no les faltan. Considerado por muchos (entre quienes me incluyo) uno de los mejores narradores europeos de la actualidad, la obra de este poeta, escritor, crítico literario y doctor en Literatura Rumana es formalmente impecable, narrativamente libre y estilísticamente espectacular. Cartarescu maneja el lenguaje a su antojo, entrando y saliendo del hilo que sostiene cada narración, dotando a su obra de un halo impactante y único donde escenas y personajes se mezclan para dar forma a una Bucarest fantasmagórica, alegórica y cruel.
“Nostalgia” (editada originalmente en 1993) reune cinco historias -en ocasiones densas, pero siempre apasionantes- donde el autor bucea en los rincones más desolados del ser humano jugando con realidad y fantasía con una escritura prodigiosa a la altura de incuestionables como Kafka, Cortazar o Borges. La obra se abre con “El ruletista” (uno de los cuentos más inquietantes y memorables que servidor ha tenido oportunidad de leer y que, sorprendentemente, estuvo prohibido en Rumanía por su carácter explícito), al que siguen “El Mendébil” (la historia de un niño con extrañas facultades mesiánicas), “Los gemelos” (una enfermiza y bizarra lectura de la confusión y la rabia adolescentes), “REM” (la historia de una mujer en la treintena enamorada de un veinteañero y narrada de modo sublime por un insecto/espectro) y “El arquitecto” (o cómo la inesperada pasión por la música lleva al protagonista a un abismo de locura), todas narraciones virtuosas en las que resulta tan importante aquello que se cuenta como el modo en que se cuenta. Cartarescu, en fin, conforma así una de las más maravillosas experiencias literarias de las que hoy se pueden disfrutar. Un gustazo para lectores exigentes.
Por JuanP Holguera