El conjunto de relatos se inicia con “El Ruletista”, ficción en la que el narrador describe la experiencia que mantuvo con un hombre que sin tener nunca la suerte a su favor, se dedicaba a jugar a la ruleta rusa. El siguiente, “El Mendébil”, se remonta a la infancia de unos niños sacudidos tras la aparición de otro chico demasiado distinto. En el centro se sitúa “Los gemelos”, basado en la aberración de la ira de un joven víctima de dos desengaños amorosos. En cuarto lugar se halla “REM”, cuento donde Cărtărescu demuestra todo su potencial. “REM” es la historia de la separación de dos amantes, de una mujer de treinta y cinco años y un estudiante de instituto, contada a partir de los dos puntos de vista. Y, por último, “El Arquitecto” donde el autor se aproxima a la ciencia ficción más naif.
Aunque Nostalgia se componga de cinco historias, Cărtărescu concibe el libro como una novela con prólogo y epílogo. A pesar de la separación entre los dos apéndices, “El Ruletista” y “El Arquitecto” permanecen unidos a través de una conjunción simbólica. El nexo entre ambos no se identifica con la temática, sino con la interpretación. Cărtărescu expande los horizontes de lo real a partir de estas dos historias, las cuales nos dirigen hacia un panteísmo tangible.
Sin embargo Nostalgia se aleja completamente del realismo mágico. Más allá de la clara influencia borgiana y de García Márquez en las descripciones de los espacios narrativos, el autor se centra en la mitificación un tanto faulkneriana de la ciudad donde acontecen las cinco tramas. Cărtărescu no concibe una nueva metrópoli; no obstante aporta una visión tan singular y negativa de Bucarest que permite reinventar el territorio. De este modo la decadencia de una infesta Bucarest que pervierte a sus ciudadanos es el eje que engloba todos los relatos de Nostalgia.
De la violenta representación de macabros juegos infantiles encabezados por desgarramientos de gatos en “El Mendébil” a la plasmación de los fríos y monstruosos pensamientos misóginos de “Los gemelos”, Cărtărescu lleva a cabo un proceso de perfeccionamiento cuya plasmación técnica desemboca en “REM”. El lector con el que el escritor rumano ha estado jugando, que además en múltiples ocasiones se ha dirigido a él llamándolo hipócrita cuál verso de Baudelaire, vence su pasividad en esta breve historia. “REM” se origina planteando el erotismo de una relación casi prohibida en la que la mujer, Nana, describe un no-lugar de nombre REM. Este paraje fantasmagórico se ubica en el interior de Nana y en el mismo Bucarest; es pues una metáfora de la relación que todos los personajes de Nostalgia comparten con su ciudad laberíntica. Bucarest es un no-lugar que pudre e invade el alma de sus habitantes.
Por Carlota Moseguí