Entender la mente privilegiada del Nobel de Física Richard Feynman y sus motivos para trabajar en el proyecto de la bomba atómica; alucinar con el surrealismo vital de Dalí; acercarse a los felices años 20 descubriendo cómo Scott Fitzgerald asumía impotente la locura de su mujer, Zelda, o maldecir el transtorno bipolar de Virginia Woolf antes de que se hundiera en el río Ouse con los bolsillos del abrigo llenos de piedras. Son una muestra de lo que ofrecen algunos de los recientes cómics biográficos, una tendencia al alza en los mercados franco-belga y anglosajón, que está logrando elevadas cotas en España, y que este 2013 promete viñetas de nuevos ilustres, como Rembrandt, Freud y García Márquez.
No es solo una cuestión de cantidad, que también: si en el 2010 apenas destacaba el Kafka de Robert Crumb, en el 2011 ya hubo una docena de biografías en las librerías y en el 2012 la cifra llegó a la veintena. El auge trasciende el ámbito del cómic. Este mismo enero la revista francesa Charlie Hebdo (amenazada por reproducir las polémicas viñetas de Mahoma del 2006) ha lanzado un cómic serio sobre la vida del profeta y, La niña de sus ojos, donde Bryan y Mary M. Talbot retratan la turbulenta relación de Joyce con su inestable hija Lucía, se ha convertido en la primera novela gráfica en ganar el prestigioso Costa Book Award en la categoría de biografía. Y, sin abandonar al autor del Ulises, hace un par de meses, el asturiano Alfonso Zapico ganaba el Premio Nacional de Cómic gracias a Dublinés, su documentada obra sobre el escritor irlandés.
«Hace cinco años la biografía en cómic era excepcional y ahora en las ferias internacionales ves en Estados Unidos y Francia a buenas editoriales, como Dupuis, apostando por ello», explica Montserrat Terrones, de La Cúpula. La secunda Zapico, que sigue trabajando en la Maison des auteurs de Angulema, donde desarrolló Dublinés. «En Francia, en los últimos años se ha visto un boom, con muchos personajes del arte y la literatura. Creo que tiene que ver con la madurez del cómic en general. Cada vez es menos minoritario y está demostrando que puede tratar cualquier tema igual que la literatura u otros géneros», opina.
«El cómic puede ser más atractivo que una biografía normal para aproximarse a un personaje. Y se llega a un nuevo público, mucho más amplio y distinto del que habitualmente lee cómic», afirma con rotundidad Gema Moraleda, de Norma, que en febrero publicará la de Freud (de Anna Merli y Corinne Maier) y en abril la de Rembrandt (del holandés Typex). Con ella coinciden otros seis editores consultados y Zapico, para quien el «reto» fue precisamente «acercar a todo tipo de lectores un autor como Joyce, que tratado de otra forma podía ser un ladrillo».
A la hora de publicar, las editoriales valoran que sean propuestas interesantes, tanto artísticamente, como en la originalidad del guion, y que al margen del gancho del biografiado cuenten vidas atractivas. Muchos de estos cómics adquieren carácter «divulgativo», apunta Catalina Mejía, de Sins Entido. Así, Logicomix, sobre Bertrand Russell, la vida de Feynman o la de la revolucionaria Olympe de Gouges son recomendadas en facultades de Matemáticas, Física e Historia.
Pero la literatura se lleva la palma, sobre todo gracias a editoriales literarias que trasladan ese carácter a sus colecciones de novela gráfica, como 451 Editores e Impedimenta, que ha inaugurado El chico amarillo, centrada en adaptaciones de novelas y biografías en cómic, como Virginia Woolf. «Está llegando al mismo lector que lee literatura», explica su editor, Enrique Redel, que en abril lanzará la del escritor y filósofo Henry David Thoreau y en otoño la de Hannah Arendt. «Mi obsesión es que el cómic tenga la misma consideración, y pueda venderse en la misma mesa, que una novedad literaria. Creo que cada vez se ve más como un género culto», añade.
Por la colección de 451 Editores, antes de Hunter S. Thompson y Zelda Fitzgerald desfilaron Pasolini y The Beats. También el pintor Chagall, visto por el dibujante Joann Sfar, quien se ha atrevido ahora con la del cantautor George Brassens (en Fulgencio Pimentel), todo un delirio. La vida de García Márquez, que ultiman Miguel Bustos y Óscar Pantoja, la presentará el editor colombiano John Naranjo en el Hay Festival de Cartagena de Indias a fin de mes. La afortunada editorial que la traerá a España, por ahora, guarda silencio.
Por Anna Abella