Era ciertamente muy joven cuando la vi, pero resulta imborrable la socarronería y la acidez de Reginald, y lo absurdo de una tienda de inservibles que montó.
La novela sólo trata lo que resultaría el inicio de la serie. Reginald está lo que se dice hasta las narices de una vida de insatisfacciones. Un matrimonio tan cómodo como gris. Una secretaria con busto tentador pero cuyo escarceo será empresa imposible y un trabajo poco satisfactorio le empujan a idear una no tan absurda estratagema: empezar de cero y ser el que desee ser.
Resulta una novela llena de humor, del bueno, pero no es una sucesión de chistes y situaciones cómicas. Contiene suficientes ideas serias y que dan para pensar para que cualquiera pueda considerar que no ha perdido su tiempo leyendo novelas para evadirse.
Lo que ahora toca es que mi hermano que tiene en DVD la serie completa en castellano se digne a dejármela. Es su favorita mas es generoso, me la ha prometido mas se hace el loco. Veremos en qué termina el asunto.