‘Los habitantes del bosque’ (1887)narra con detalle las vidas de un pequeño grupo de personas que viven y aman en Little Hintock, una localidad al sur de Inglaterra situada en medio del bosque.
La joven Grace Melbury, tras disfrutar gracias al esfuerzo paterno de una exquisita educación, regresa al que fue su hogar como una mujer nueva. Sin embargo, Little Hintock no ha cambiado nada. El compromiso matrimonial que, por iniciativa de su padre, Grace contrajo en el pasado sigue vigente y, si nada sucede, deberá casarse con el bondadoso Giles Winterbone, su amigo de la infancia.
Los intereses y la manera de comportarse de Grace han cambiado sustancialmente y en su antiguo amigo observa la tosquedad de la gente del bosque. La nobleza de Giles, su capacidad de trabajo o su honestidad se ven eclipsadas por su rudimentaria existencia en el bosque, ajena por completo a cualquier inquietud intelectual. El empresario maderero y padre de Grace, consciente de ello y juzgando al joven como insuficiente para su refinada hija, decide alterar sus planes y alienta a la joven para que rompa su compromiso con Giles y se deje cortejar por el intelectual, misterioso y aristocrático Edred Fitzpiers, el médico que se ha instalado en la zona. Completa el cuadro la nada convencional Felice Charmond, que encontrará el compañero perfecto para entretenerse en el comprometido doctor.
A partir de aquí los destinos de los personajes se entrecruzan a lo largo de las estaciones. En Little Hintock el paso del tiempo lo marca la caída de la hoja, la elaboración de la sidra o el momento de la tala. El ciclo vital de la naturaleza está presente de manera constante a lo largo de toda la novela, casi podría decirse que el bosque es un personaje más, no solo el telón de fondo donde transcurren las vidas de los personajes. En este sentido, Hardy describe con maestría el paisaje y logramos imaginarnos cada sendero, cada árbol y los colores que tiñen el bosque durante el inverno más adverso o la primavera más cálida.
Hardy crea unos personajes cargados de matices, que se enfrentan de manera muy diferente a sus deseos y pasiones, sin que la conducta más apropiada signifique necesariamente la recompensa más justa. Las relaciones entre Grace, Giles, Edred y Felice son complejas como la vida y no será siempre la lógica o las convenciones lo que determine sus acciones. La tensión entre lo social y lo natural siempre está presente.
Carente por completo de un final adoctrinador, ‘Los habitantes del bosque’ nos muestra la realidad de la vida en un pequeño pueblo en la Inglaterra a finales del siglo XIX. Mención aparte merecen los personajes secundarios fundamentales para que se desarrolle la trama, como la abnegada Marty South, ejemplo de lealtad y amor verdadero hacia Giles o la atrevida y jovial SukeDamson, el polo opuesto de Marty.
A la pericia en la creación de personajes y la lograda descripción del entorno, se unen el conocimiento por parte del autor de las teorías de Darwin o la filosofía de Schopenhauer, así como las citas a textos bíblicos o a obras de la literatura inglesa. Afortunadamente, las notas al pie con las que Impedimenta acompaña la edición aportan la información necesaria para que el lector no pierda detalle. El postfacio da una clara idea de la posición de Thomas Hardy con respecto a la censura y sus ideas sobre lo que debe ser la narrativa.
Un texto para disfrutar y reflexionar. Todo un hallazgo.