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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

«¡Abajo el colejio!», Geoffrey Willans y Ronald Searle

Os garantizo que no podréis borrar la sonrisa de los labios durante la lectura y os olvidaréis de todo gracias a Nigel Molesworth y su grito de guerra, al que me uno sin dudarlo: «¡Abajo el colejio!»

El pasado día 24 de septiembre acudí, tal como anuncié en un artículo anterior, a la presentación del libro La solterona, de Edith Wharton. El evento fue organizado por la librería Birlibirloque y contó con la presencia de la traductora Lale González-Cotta, su hermano Javier y con la del editor de Impedimenta, Enrique Redel, responsable de que nuestras casas se estén llenando (aún más) de buenos libros.

No es La solterona, sin embargo, el libro que voy a reseñar hoy. Al terminar el acto de presentación, que por cierto fue más que interesante, tuve la oportunidad de charlar con Enrique. Me sorprendió su cercanía y amabilidad, pero si algo destaca de él es su pasión por el trabajo que desempeña, algo digno de alabar siempre y más aún en estos tiempos.

Es un lujo poder contar con la opinión del propio editor, y como yo tenía dudas entre dos de sus libros, le pedí su consejo. Gracias a sus indicaciones, me decidí por ¡Abajo el colejio!, de Geoffrey Willans, ilustrado por Ronald Searle.

Anteayer fue mi único día libre de la semana en el trabajo y quería aprovecharlo para relajarme y abstraerme de todo. Me fui a la Alameda de Hércules, me pedí una buena jarra de cerveza para ponerme en situación British, y comencé a leer las andanzas de Nigel Molesworth. Disfruté como un enano, nunca mejor dicho…

Os transcribo la sinopsis del libro que la editorial Impedimenta ofrece en su web, para no destripar demasiado el desarrollo del mismo:

Considerado un clásico de la literatura ilustrada del XX, y una de las creaciones más gamberras jamás escritas, ¡Abajo el colejio! inaugura las aventuras del famoso colegial Nigel Molesworth, un claro antecedente inglés del Pequeño Nicolás y gran éxito de ventas en Gran Bretaña en los años cincuenta. Nigel Molesworth es un estudiante maléfico que vive interno en el Colegio de San Custodio, que tiene solo 62 alumnos y que, según Nigel, «fue construido por un lunático en 1836». Nada escapa a su ojo clínico, y suele encontrar poco tiempo para tostones como la biología o la poesía. Prefiere, sin embargo, saltarse las clases o hacer gamberradas con Peason, su mejor amigo, con quien protagoniza frecuentes expediciones interplanetarias, con Fotherington-Tomas, el tonto del grupo, o con Molesworth-2, su hermano pequeño, al que zurra en cuanto tiene ocasión.

Es un libro del que se disfruta tanto de su texto como de las magníficas ilustraciones que contiene. La historia es un disparate; me encanta el humor británico y Nigel despliega un catálogo casi infinito de comentarios a cada cuál más satírico y gamberro sobre el San Custodio y sobre todos sus moradores, que hacen mantener una permanente sonrisa en los labios (y alguna que otra carcajada) durante su lectura.

Nunca he leído un libro con tantas faltas de ortografía, pero le aportan un encanto especial al texto y ayudan a que nos metamos en la piel del protagonista. Al fin y al cabo no es más que un niño, muy especial es cierto, pero un niño al fin y al cabo.

Quiero destacar dos aspectos de este libro, además de la propia historia:

Las ilustraciones de Ronald Searle son magníficas y se adaptan al texto como un guante. Se complementan con los comentarios de Nigel y le dan forma (comprobaréis hasta qué punto) a todo lo que el niño cuenta de su colejio.

La traducción de Jon Bilbao. Enrique y Lale insistieron mucho en la labor de los traductores y lo cierto es que no ha tenido que ser nada fácil traducir un libro como este. Empezando por el título (Down with skool!, en el original), el texto está plagado de faltas de ortografía y de expresión propias de un niño como Nigel pero que sin duda han tenido que provocar más de un quebradero de cabeza al traductor. Una gran labor la de Jon Bilbao que debe ser reconocida.

Recomiendo este libro a todos aquellos que les guste el humor británico o que, simplemente, deseen pasar un buen rato leyendo un buen libro y disfrutando de unas magníficas ilustraciones. La edición de Impedimenta es, como siempre, espléndida; os garantizo que no podréis borrar la sonrisa de los labios durante la lectura y os olvidaréis de todo gracias a Nigel Molesworth y su grito de guerra, al que me uno sin dudarlo: ¡Abajo el colejio!

Escrito por Ismael Cabeza.