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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

La primera vez que tuve contacto con Le ragazze di Sanfrediano fue a través de una edición de Rizzoli. La verdad es que no fue fácil pues el vocabulario que utilizaba Pratolini estaba inspirado en la lengua vernácula de Florencia, por lo que es más de alabar la traducción de Amelia Pérez del Villar. Aunque escrita en 1948 no fue publicada hasta 1954 por Vallecchi.

Las muchachas de Sanfrediano narra la historia de un barrio popular de Florencia en el que viven desde hace generaciones una serie de muchachas bravas y decididas. Poco tiempo después de la guerra todas están enamoradas de un antiguo partisano, Aldo Sernesi o Bob (apodo que le viene por su parecido al actor de moda en la época, Robert Taylor), un gallo de corral quien a su vez las trata como si fueran aves de su propio gallinero. La novela se centra en la venganza de las bravas muchachas de Sanfrediano, despechadas por la falta de definición sentimental de Bob. Novias, amantes o simples conquistas que, al descubrirse víctimas del mismo perverso juego, unen fuerzas y entretejen un plan de venganza propio de unas auténticas Erinias enfurecidas.

Esto es a grandes rasgos el argumento de la novela. Pero Las muchachas de Sanfrediano es mucho más. Vasco Pratolini fue junto a Alberto Moravia, Italo Calvino, Elio Vittorini y Cesare Pavese uno de los iniciadores del neorrealismo italiano. Y está muy claro, pues las descripciones que nos hace tanto de ambientes, como de situaciones son tan precisas que no nos hace falta la película de Valerio Zurlini (1961) para vivir intensamente los momentos.

Con un ritmo narrativo ágil y brioso, Vasco Pratolini nos lleva, en una historia llena de ironía, donde el equilibrio y la farsa marcan las historias de los protagonistas. Las muchachas de Sanfrediano es sinónimo de vivacidad, la vitalidad y el ritmo, garantizado por el léxico inspirado en la lengua vernácula florentina y aguda ironía que caracteriza el trabajo, se inscribe en la tradición toscana de Boccaccio y la burla de la broma.