Tanto al relatar las pesquisas de la policía acerca de un sobre sospechoso en Ántrax, como el grotesco viaje de un grupo de escritores a Francia en Las bellas extranjeras o los sinsabores de un joven poeta en El viaje del hambre. Con ironía y aguda capacidad de observación, traza divertidas escenas. El humor que derrama es sutil, inteligente. Y aunque el autor se muestre tan cercano, leerle en ese registro despierta reflexiones. Porque lo que cuenta es muy serio.