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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Reseña: «La casa y el cerebro», de Edward Bulwer-Lytton

De Edward Bulwer-Lytton (1803-1873) quizás la obra que a todos más nos suene sea Los últimos días de Pompeya; sin embargo, y revisando la elegante y concisa introducción que hace en este pequeño relato su también traductor Arturo Agüero Herranz, descubrimos a todo un prolífico y ecléctico best seller de la época, que tocó varios temas considerados antecedente de géneros del siglo XX como la novela policíaca, el terror, la fantasía e incluso la ciencia ficción; asi como también serviría de influencia de grandes escritores y grandes obras que vendrían un siglo después de su muerte.

Intelectual de gran prestigio en Inglaterra (incluso se le llegó a ofrecer la corona griega), fue íntimo amigo de Charles Dickens y ejerció de parlamentario durante once años. También es importante destacar la gran afinidad que tuvo siempre por el ocultismo y las hermandades secretas, asunto que manifiesta tanto en esta obra como, en mayor medida en Zanoni, el secreto de los inmortales, publicado en España por la editorial Valdemar.

La casa y el cerebro es, más que una novela corta, un relato breve en la pura tradición de cuento de fantasmas victoriano. Es una obrita de la que Lovecraft en “El horror en la literatura” considera el mejor relato de casa encantada jamás escrito.

El narrador, trasunto claro de Lytton, cuenta en primera persona como causalmente topa con una casa en Oxford Street muy barata para alquilar, el motivo es que ningún inquilino es capaz de aguantar dos noches en ella por los horrores fantasmales que hacen éstos huyan despavoridos al día siguiente…el protagonista, hombre valeroso, amante de los misterios y estudioso de lo sobrenatural aceptará gustoso el alquiler de la vivienda junto con su perro y su imperturbable sirviente.

Como se puede comprobar es un esquema tipo del relato de fantasmas y casa encantada, sin embargo, el talento y la trascendencia de esta obra radica en que Lytton le da una vuelta de tuerca total, tanto argumentalmente como temáticamente, con una serie de elementos, que no vamos a desvelar, que colocan a La casa y el cerebro como una joya de gran valor literario, antecedente claro no sólo de la novela de terror moderna sino de la de ciencia ficción, creando una historia tan espeluznante como conspiranoica y alucinada.

Entre sus ideas está la más que clara influencia cronológicamente anterior de la novela gótica (el Melmoth de Maturin), así como también inmediatamente después los relatos (el conde Magnus) del mejor narrador (que no narradora) de cuentos de fantasmas victorianos como fue MR James.

Lytton aquí no hace el clásico enfrentamiento ciencia/superstición, no sé hasta que punto históricamente hablando era posible hacerlo…es más, en ningún momento el autor utiliza la palabra ciencia o método científico para armarse de argumentaciones con el fin de luchar con la amenaza sobrenatural.

Por el contrario,- y esto no significa que la trama se pierda en el porque sí o en la mera fabulación terrorífica-, el protagonista expone dentro del conocimiento, cultura o saber de la época (¡que inquientante para el londinense dieciochesco el descubrimiento de la electricidad!), de manera interesante y sin quedar para nada ridículo, su visión de lo sobrenatural. Y precisamente esto es lo que hace al relato tan encantador y subyugante que el propio Lovecraft, coleccionista de lo ideológica y estéticamente trasnochado, le apasionase tanto, y nosotros lo gocemos por igual.

Las breves escenas de horror, en cien páginas no da para tanto, Lytton las convierte en descripciones más alucinógenas y oníricas que reales, esto le favorece a la trama, ya que, sin perder los elementos clásicos de cualquier cuento de miedo (crimen no resuelto, habitación escondida…), le saca punta en una especie de largo epílogo final donde nos muestra su gran afición por las sociedades secretas y las personas que tienen un poder especial que las hace estar por encima de los demás. Es innegable que estos temas en los últimos tiempos no han parado de fabricar tochos superventas de mayor o menor calidad y que aquí Lytton lo sintetiza en unas pocas páginas creando al lector el placer de desvelarle un misterio para darle otro mucho mayor. Esto, querido lector, no es nada fácil conseguirlo y convierte a La casa y el cerebro en una obra sencillamente magistral.

Para terminar quiero resaltar la gran labor de Impedimenta, una editorial pequeña que esta publicando, como éste, una serie de tesoros de autores olvidados o por descubrir, y dirigidos a quienes nos gusta la buena literatura, tanto con mayúsculas como con minúsculas. Asimismo agradecer el formato y el cuidado y buen gusto en la edición de este cuento perturbador y memorable, que recomiendo de compra y lectura obligada por todo aquel que se considere conocedor de la mejor literatura de terror clásico como por todos los amantes de las buenas historias de fantasmas.

Y como aquél que dice, los mejores perfumes vienen en frascos pequeños.

Nacho Trigo