Queda por afrontar para libreros y editores el último arreón del año, clave en el marco de los objetivos: la Navidad es uno de los ejes del mercado. Y más con esta crisis. «Hay que extremar el cuidado en cada libro que pones en el escaparate, porque cuando el lector toma del anaquel un ejemplar que has editado, echa mano a la cartera y se encamina a la caja, se da todo un acontecimiento, de esfuerzo económico y de compromiso. Por ello supone tanta responsabilidad situar un libro nuevo en la calle, porque se le debe mucho respeto al lector», apunta Diego Moreno, del sello Nórdica, que posee un cuidado catálogo que incluye al premio Nobel Tomas Tranströmer.
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