Como todos los libros de esta editorial, entran por los ojos, con esas portadas y sobrecubiertas preciosas. Y gusta acercarte el libro y oler sus páginas… Y tocarlo… Es una absoluta delicia leer cualquier libro de esta editorial, por el mimo y el cuidado que todos sus libros desprenden.
En esta novela encontramos dos partes claramente diferenciadas. En la primera parte se nos presenta al protagonista, un caballero inglés, quien muestra un enorme interés por habitar una casa que parece estar encantada. Consigue alquilarla, desoyendo las advertencias del casero. Éste le confiesa que nadie ha logrado pasar en la casa más de dos noches seguidas. Y que incluso los fantasmas se atreven a aparecer bajo la luz del día. Pero nada de esto amedrenta a nuestro héroe. Escéptico a todas estas cosas, está decidido a pasar unos días en la casa y descubrir qué hay tras esos fenómenos. Tal y como pone un pie en ella, los fantasmas parecen despertar. Las escenas de terror se suceden una tras otra. No se anda el autor con rodeos. Ni un segundo hubiera pasado yo en la casa si hubiera tenido que ver solo una tercera parte de lo que nuestro caballero ve. Y sufre… Pero él sí. Se mantiene firme hasta el final. Su mente, analítica, busca respuestas a todo.
La segunda parte empieza el día después de esa primera noche terrorífica. Nuestro protagonista empieza a investigar. Empieza a buscar por toda la casa qué puede provocar todo lo que ha visto. Y en una habitación encuentra unas cartas que revelan unos crueles crímenes que se cometieron en la casa. Y la existencia de un extraño ser, inmortal, por lo que revelan las cartas, que parece ser el causante de todos esos fenómenos. Hipnotismo, mesmerismo, espiritismo… Corrientes que estuvieron muy de moda en el siglo XIX y a cuya influencia Edward Bulwer-Lytton no pudo escapar y en esta parte se dejan notar.
En definitiva, una obra altamente recomendable, sobre todo si os gusta el género y las historias de casas encantadas. Un libro muy breve y ligero de leer que no os va a ocupar más de una tarde. ¿Os animáis a pasar un poco de miedo?