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Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008 (Grupo Contexto)

Thoreau, la vida sublime, de A. Dan y Le Roy

Para los eternos enamorados de los sabios que caminan en los bosques, de los ermitaños y de la vida alejada del absurdo consumismo este librito resulta sumamente inspirador.

El concepto de «desobediencia civil» ha estado de moda desde hace un tiempo. Se le atribuye a Henry David Thoreau, un pensador estadounidense que antes de la Guerra de Secesión estuvo en contra de la esclavitud y de la guerra que su país tenía con México. Este hombre además era un declarado amante de la naturaleza, por lo que pasó varios años viviendo en el bosque de Walden, alejado de una sociedad consumista que se interponía entre él y el verdadero sentido de las cosas. ¿Ya podemos empezar a suspirar?

Thoreau, la vida sublime es una novela gráfica editada por Impedimenta que permite asomarse a la vida del filósofo sin la típica rigidez de las biografías, y con harta más emoción. Los años de Thoreau en Walden, la noche que pasó en la cárcel por oponerse a pagar impuestos, algunos de sus discursos y sus viajes para encontrar esa verdad que se ocultaba en los bosques aparecen en los dibujos coloridísimos de este breve libro. Algunas frases del propio Thoreau se leen por aquí y por allá, como necesario recordatorio de que no es un cómic sobre un tipazo increíble pero ficticio, sino que en las páginas está una vida que se esforzó por encontrar una verdad que le diera sentido.

Para los eternos enamorados de los sabios que caminan en los bosques, de los ermitaños y de la vida alejada del absurdo consumismo este librito resulta sumamente inspirador. Lo mismo para los anarquistas y libertarios que han escuchado nombrar a Thoreau o que por ahí les resuena el concepto de desobediencia civil: van a ver que el padre de esos conceptos era un ser humano extraordinario, con unos principios de esos que ya no es nada fácil encontrar. Entre los que fueron inspirados por Thoreau están Gandhi y Martin Luther King, nomás por echar un par de nombres. Sorprende mucho que las ideas de este filósofo sigan tan vigentes hasta el día de hoy, y para cualquiera que quiera cambiar el mundo hacia un rumbo más justo son un referente obligado.

Si de mí dependiera, le regalaría un ejemplar de Thoreau, la vida sublime a cada persona del mundo. El único defecto que tiene este libro es que se siente demasiado corto, pero cubre exactamente lo más inspirador que hizo el filósofo (eso lo supe después gracias Wikipedia). Los dibujos de A. Dan y el texto de Maximilien Le Roy cumplen su cometido: asombran pero no distraen, y son perfectos para que los lea cualquier persona sin importar edad, género o condición. Y ojalá todos lo hicieran, porque esas vidas que se salen del camino establecido y sacrifican la comodidad por la búsqueda de la justicia, la verdad y el sentido son las que vale la pena conocer. Para inspirarse, más que nada. O para empezar a tener ganas de vivir de verdad.

Los veo en el bosque.

Por isaak_no.